Un miércoles después de la academia (libre)

Era algo así como las seis de la tarde cuando salí de la academia rumbo al campus y por ende a mi habitación, pero como solía suceder al final acababa en un sitio diferente ya que eran mis pies los que me guiaban rumbo a cualquier parte de la ciudad.

Durante unos minutos me quedé mirando en la lejanía, tal vez buscando algo que se pareciera a Japón. Aquel lugar donde le encontré. Donde encontré a personas importantes para mí y que de no haber sido por la muerte de mis padres jamás hubiera conocido. Una lágrima rodó por mi mejilla al pensar en ellos. Les echaba de menos, aun con 20 años, les echaba muchísimo de menos y eso era algo que realmente odiaba. Ese sentimiento que hacía que fuéramos frágiles y delicados como cristales.

Me acerqué lentamente a la arena, quitándome los zapatos y cogiéndolos con mi mano izquierda. Me fui aproximando al agua y antes de llegar a ella dejé todo en la arena cerca mía. Suspiré y metí los pies en el agua, viendo como esta se movía al compás de las corrientes marinas. Estuve varios minutos allí mirando al horizonte, sin dejar de pensar en todo lo sucedido hasta ese momento.

Como era mi día libre en la comisaria aproveche para hacer algo de ejercicio, el día me acompañaba y fui directo a la playa, el correr en la arena me ayudaría a estar en forma; los minutos pasaron y recorrí gran parte sin darme cuenta. Cada tanto tomaba algo de agua cuando mi botella se acabo decidí detenerme un rato.

Mire a los lejos y vi una figura en el agua y comencé a dirigirme hacia ella lentamente. "Espero que no piense en hacer nada raro" Pensé mientras llegaba al lugar.

Hola buenas tardes, todo bien?

Cuando vi quien era me quede sorprendido no esperaba encontrarla allí.

Suspiré cansada al oírle. Otro mas que me molestaba en mis pensamientos, ¿Es que nadie podía dejarme tranquila cuando estaba meditando las cosas? Me giré bruscamente, mirando con cara enfadada.

Que es lo que ... - Ladee la cabeza, mirando con sorpresa a la persona que tenía delante. - ...Siento haber sido algo brusca. - Dije esbozando una sutil sonrisa

¿Porque estará hoy aquí? Pensé que no le vería nunca. Me quedé mirandole fijamente, esperaba una reacción negativa del hombre.

La mire sorprendido ante su reacción, me lleve la mano a la nuca y la mire un poco avergonzado y baje la vista - Creo que la moleste sin querer, solo quería ver que todo estuviese bien. - La quede mirando en espera de que no se molestara más.

Baje mi mano y sonreí tan solo para calmar un poco las cosas - Descuide, hay veces que uno no se da cuenta que la persona solo quiere pensar y pasar el rato - alce mis hombros en señal de arrepentimiento o tal vez para darle a entender que no quería molestarla. - Tan solo pasaba por aquí y la vi tan perdida que pensé que aria alguna locura -

Negué con la cabeza. - No se preocupe, creo que estaba demasiado absorta en mis pensamientos que el que usted me dijera algo me asustó mas que enfado. - Volví de nuevo la vista al mar. - Alli, a lo lejos se encuentra mi hogar. - Continué en un susurro, volviéndome a perder en mis pensamientos.

Solo al escuchar lo último me giré del todo al hombre. - No, eso no podría hacerlo. Ademas que es de cobardes, mi vida le pertenece a una persona y solo esa persona podría quitarmela porque estaría en su derecho. - Al terminar sonreí con dulzura al hombre, dejando entrever que no pasaba nada.

Suspire ante el comentario de la joven a la ves que de cierta forma me molestaba lo que decía. Me acerque un poco más para poder charlar mejor. Su rostro triste me decía que ella estaba pasando por un mal momento de su vida.

No diga eso, nadie absolutamente nadie tiene derecho a decidir sobre su vida. Que usted se entregue en vida y alma a esa persona lo entiendo pero eso no le da derecho a esa persona a quitarle la vida.

Su sonrisa me izo reír a mi, mire a lo lejos y torcí una mueca tratando de reprimir también un poco de nostalgia.

Lo de su país lo entiendo, el mio también esta lejos y junto con el mis seres queridos. Pero es la vuelta de la vida. No le preguntare por que esta aquí; solo le voy a ofrecer si tiene la necesidad y puedo la llevare en el avión, en unas hs estaremos en destino.

Mire al oceano y al igual que ella me perdi en la nada.

Sonreí divertida. Sabía que mis palabras eran algo extrañas para la gente. - No es alguien que está en este mundo quien podría llevarme lejos. Ellos ya no están conmigo, me salvaron cuando era pequeña de morir en la incubadora y de ahí que diga que les debo la vida. - Volví la mirada al hombre. - Es demasiado triste la historia pero es la verdad. Por eso no tengo derecho alguno en decidir sobre lo que es bueno o malo en mi vida. Solo he de seguir viviendo fiel a aquello que me enseñaron y por supuesto a una vida que me dieron.

Volví de nuevo mi oscura mirada hacia el horizonte. - Mi hogar no solo está al otro lado de esta gran extensión de agua, sino también cerca de este país. - Sonreí de manera melancólica. - Gracias por el ofrecimiento, tal vez algún día le tome la palabra para que así conozca el país de mis.... - uf no se como llamarlos...¿padres? pensé - ...padres. o bueno ahora si son padres aunque realmente son nuestros tíos ejercen como padres. - Respiré profundamente intentando que aquello no sonara una explicación dada por que si.