Apartamento Gonzalez - Nanahara

Entró con Kaoru, cogida de la mano y llevando la maleta con la otra a uno de los edificios de varias plantas que había en aquella parte de la ciudad. Era una zona de residenciales, no muy caros pero si lo suficiente para no poder manejarlo con un sueldo. Pero la tía del chico le había dicho que no tuviera reparos en pedirla cosas y sobre todo dinero ya que empezar en una ciudad nueva y mas en otro país seria totalmente caótico para dos jóvenes que van a estudiar. Aun así la mujer sabía que Daniel había conseguido un trabajo allí.

Los dos jóvenes entraron en el portal y una vez allí cogieron el ascensor hasta la tercera planta. El portal era muy espacioso el lugar y sobre todo estaba muy limpió y muy bien decorado. Una vez en la planta, Daniel abrió la puerta dejando pasar primero a su novia. – Bueno, princesa que te parece. – Dijo encendiendo la luz y dejando ver un salón primero, espacioso y amplio. Fue enseñándola todas las habitaciones hasta llegar a las dos mas importantes. Los dormitorios.

Abrió ambas puertas dejando ver los colores de ambas habitaciones. Una tenía una tonalidad tirando a lila y la otra era un azul claro. Ambas estaban equipadas con todo lo que una habitación requería….cama, armarios empotrados, una mesilla…todo de lo más moderno y nada barato. Para eso la había pagado la tía del chico.

Daniel dejó la maleta en el salón y se fue quitando la camisa dejándola en la silla de uno de los cuartos bien doblada como hacía siempre y se dirigió hacía el baño. – Deberías pegarte una ducha, estarás cansada y eso hará que te relajes. O prefieres otro tipo de relax. – Dijo asomando la cabeza por la puerta con una picara mirada en sus ojos.

Kaoru miró todo el recorrido con entusiasmo y emoción hasta que llegaron al apartamento. Todo le parecía muy bien decorado, espacioso y desde luego que para ella era casi cómo un sueño. Miró cada lugar que Daniel le enseñaba con emoción- Es.. es precioso Daniel.. me.. me encanta.. es.. cómo me lo había imaginado...no... mejor aún.. - La muchacha le abrazó y le dió un beso dulce. Luego llegó el turno de las habitaciónes. Kaoru las observó con detenimiento, sonriendo al ver la que estaba pintada de azúl y recordar el comentario de Daniel de antes. Había dos habitaciones, lo que significaba que sería una para cada uno, aunque no necesariamente eso, lo que la llevó a pensar si Daniel realmente había hablado en serio con aquello o se había tratado de una broma. Ella era tímida, sí, pero llevaban saliendo el tiempo suficiente cómo para que el hecho de irse a vivir juntos, significara algo más que compartir piso, si bien supuso que Daniel lo único que pretendía era que no se sintiera incómoda ni forzada a nada.

Cuando Daniel se quitó la camisa, ella le observó ligeramente ruborizada, aunque no apartó la vista. Se quedó pensativa cuando Daniel le sugirió lo de la ducha y le pareció buena idea.. una buena ducha la relajaría lo suficiente. Ante la segunda opción, Kaoru le tiró una de las almohadas del comedor en la cara aunque sin intención de darle, mientras le sacaba la lengua de modo burlón.- Tonto..- rió levantándose para darle un pequeño beso en los labios - anda, dúchate mientras saco mis cosas de la maleta y preparo lo necesario para darme una ducha.. por cierto.. - dijo mientras iba hacia el comedor donde se encotnraba la maleta. - ¿En que cuarto me instalo?

Estaba feliz, ver la cara de Kaoru tan iluminada era algo que le daba la felicidad. Sonreía feliz y lleno de alegría al notarla tan entusiasmada. – En la que quieras, aunque la azul es la nuestra puede utilizar la otra para guardar tus cosas. A fin de cuentas tenemos armarios lo suficientemente grandes para que cada uno ocupe uno. – Dijo con un guiño mientras se iba a la ducha. – Por cierto, no mires mientras me ducho me da…vergüenza que me veas así. – Aunque en parte era cierto, tampoco era del todo así, ya le había visto semí desnudo aquel día en la playa cuando fueron con varias personas de excursión. Además aunque en habitaciones separadas. Habían estado los dos juntos.

Se empezó a duchar cuando se dio cuenta de algo. Había dado por sentado que dormirían juntos pero no le había pedido opinión a ella, ¿Y si se enfadaba por eso? No quería verla enojada y menos en un día como ese.

Kaoru se quedó petrificada cuando escuchó la respuesta de Daniel.. ¿había dicho que la azul era la de ambos? Notó cómo sus mejillas se sonrojaban mientras ella sonreía para su interior, igual que una niña pequeña con un juguete nuevo. Después de todo, Ambos opinaban igual al respecto, aunque sintió alivio cuando fué el quien hizo la propuesta, si la respuesta hubiera sido diferente no sabía si ella hubiera sido capaz de proponérselo. Cierto que no era la primera vez que ambos habían estado juntos, pero si sería la primera vez que compartirían alcoba.. y cama. Aunque ligeramente avergonzada, se sintió feliz. No se había parado a pensar en cómo haría cuando llegara el momento de meterse en la cama a dormir. Pero eso era algo que resolvería cuando llegara el momento. Por mucha vergüenza que pudiera tener, eran más las ganas que tenía de poder dormir abrazada a él, y llevar la habitual vida que llevaría cualquier otra pareja. Serían otra más de tantas, y aquello de momento era lo más parecido a estar casados que podían aspirar, al menos de momento, y serviría de prueba de fuego antes de tomar tan importante decisión si alguna vez llegara el momento.

La muchacha rió ante el comentario de Daniel.. vergüenza..¿ él? se suponía que era ella la vergonzosa de los dos, y la tímida.- Entonces me taparé los ojos.. - Se puso las manos delante cómo si fuera a taparse la vista, pero dejando separados los dedos. Kaoru rió con fuerza ante su broma.. -¿ves? ya no veo nada... - Le sacó la lengua burlonamente y luego se giró encaminandose al comedor riendose. - bueno.. te dejo que te duches tranquilo.. voy a ir mientras colocando la maleta.. entonces nuestra habitación ¿dijiste que era la azul? ¿cúal es tu mesilla?..bueno, es igual, no te preocupes, ya lo iré viendo yo sola. así tendré la maleta colocada cuando termines y entraré a ducharme yo.. -Kaoru contestó con tono alegre, y con aquella respuesta, confirmaba que no pondría ningún reparo en compartir cama con él. Después de todo.. era lo normal en una pareja que se va a vivir junta....

Sonrió satisfecho, parecía que no le había importado el que lo decidiera por si mismo y eso hizo que respirara aliviado. A fin de cuentas, había echo mucho por si mismo en el tiempo que había estado solo y tal vez eso no le gustaría a su novia.

Arqueó una ceja al verla entrar con las manos delante. Sonrió divertido también sacando la lengua, mientras continuaba duchándose. Cerró por un instante los ojos rememorando muchas de las cosas que habían pasado y como se conocieron. Todo lo que había pasado desde que dejara España con su hermana hasta este momento en este nuevo país.

Solo tardó unos minutos antes de salir de la ducha. Se puso una toalla tapando sus partes y se encaminó hacia la habitación. Cuando vio a la chica sus ojos miraron con dulzura y cariño. Ahí estaba la cosa mas preciada para el, por quien daría su vida. – Todo irá bien a partir de ahora…ya lo veras. – Susurró en el oído de la muchacha, depositando además un beso dulce en su cuello. – Bueno, ya tienes la ducha libre. Así que cuando salgas ya podremos ponernos al día con todo. – Dijo sonriendo mientras iba a la cocina tranquilamente.

Unos minutos después, la mesa estaba puesta y la cena encima. No era mucho lo que había echo y sobre todo era comida muy simple pero al menos había cocinado para su chica y además no había incendiado la cocina. Se fue al cuarto para cambiarse o más bien para vestirse poniéndose un pantalón de vestir y una camisa azul claro. No le gustaba ir en chándal o cosas similares. Esperó a su novia en la puerta del salón con un nerviosismo bastante patente.

Kaoru sonrió y antes de marcharse a la ducha, le dió un dulce beso en los labios. Corto pero muy dulce que llevaba implícito todo el amor que por él sentía. Ambos habían pasado mucho y su relación había tenido que pasar por muy duras pruebas, pero al final había logrado salir victorioso y reforzado cómo nunca hubieran imaginado. Agarró su ropa y se metió en el baño con ella. No tardaría mucho. Dejo que el agua cayera deliciosamente por su piel llevándose todo el cansancio acumulado por el viaje.

Tras unos minutos salió de la ducha, y después de secarse, se vistió recogió el baño y se fué buscando a Daniel por toda la casa. - Daniel.. Donde e...- Se quedó sin habla cuando lo vió en la puerta del salón vestido con ropa bastante elegante.- uau.. vaya.. que guapo estás...es que vamos a algún sitio..? o tal vez celebramos algo?- Kaoru se puso a pensar inmediatamente en las posibles fechas importantes. No era ningún cumpleaños, ni su aniversario de novios ni nada que ella recordara.. entonces.. a que se debía tanta elegancia.? aunque tuvo que reconocer que le encantaba haberselo encontrado así. Aquella ropa le sentaba muy bien.. estaba muy guapo.

Spoiler:

Emm…bueno…creo que no, o al menos no en la cena. Si luego queremos salir ya lo decidimos. – Dijo poniéndose algo rojo ante los gestos de Kaoru mientras miraba nervioso a todos lados. Y eso que había pensado que sería sencillo hacerlo pero no parecía para nada sencillo.

Cogió de la mano a la chica encaminandola a la mesa, eran pocos pasos pero necesitaba intentar tranquilizarse un poquito, todo lo que había planeado tenía que ser llevado de una manera rigurosa.

Empezó a servir la cena y fue tranquila y relajante. Se estuvieron contando cosas, todo lo ocurrido en esas semanas y preguntado por la gente que se quedaba en Japon. Daniel se levantó de la mesa, para ir recogiendo las cosas, mientras Kaoru descansaba del largo viaje. En un instante tenía todo recogido y una musica lenta sonó por los altavoces. Todavía no era el momento pero faltaba muy poco ya.

Kaoru encontró la cena absolutamente deliciosa, y se quedó gratamente sorprendida.. no tenía idea que Daniel pudiera cocinar tan bien, aún siendo unos platos tan sencillos cómo aquellos. Miró a Daniel con expresión ligeramente inquisitiva. Sabía que había algo.....raro.. pero por más que trataba de pensar que podía suceder, no se le ocurrió nada. Quizá se trataba simplemente de alguna paranoia suya debido al cansancio del vuelo. Aunque si a Daniel le apetecía salir, ella no tendría inconveniente. Nada podría apetecerla más que pasar un rato agradable con su amorcito sin importar el lugar, la hora o lo cansada que pudiera estar. Quiso levantarse a ayudar a recoger la mesao al muchacho, pero este se negó. Prefirió que ella se quedara descansando. Así tras unos minutos, estaba ya todo limpio y ordenado. Una deliciosa música comenzó a sonar en el equipo, y Kaoru la tarareó en voz baja. mientras esperaba a que Daniel regresara con ella a la mesa, bien para decidir que harían a continuación, si salir a dar una vuelta, o si quedarse a ver una película, o simplemente bailar abrazados al son de la música mientras terminaban de contarse lo que se les hubiera podido quedar atrás o hasta que el cansancio hiciera que ambos se fueran a dormir. Había para elegir....

Daniel se había ausentado un momento. El chico se había dirigido a la habitación, en busca de algo en concreto. Tenía que decírselo ahora, tomar fuerzas y pedirla que se casara con él, no en ese momento aun tenían que acabar sus carreras y buscar trabajo, al menos él. No se quería pasar ni un momento mas como camarero aunque reconocía que le gustaba pero no a ella.

Respiró hondo cerrando los ojos por un segundo para tranquilizarse, aun no entendía porque de esos nervios. Solo era una pregunta pero...y si la respuesta era no. Un nudo en el estomago se le hizo al pensar en esa alternativa. No debía ni plantearse eso.

Salió del cuarto en dirección al salón, todo su cuerpo temblaba con ansias de saber la respuesta pero también con preocupación no sabía si le diría que si o que no. Al llegar al salón se acercó a la mesa y cogió con delicadeza la mano de Kaoru para que se levantara. - He de preguntarte algo - Dijo con un nerviosismo patente en todo su cuerpo.

Respiró hondo para volver a intentar tranquilizarse. Hincó la rodilla en el suelo y sacó una pequeña cajita de su bolsillo, abriéndola dejando ver un anillo. -Yo... - No sabía como decirlo, sus mejillas se tiñeron de rojo. - Quieres... - Porque no le salían las palabras, las había estado repitiendo una y otra vez hasta que salieron de manera natural pero ahora no salían. Respiró de nuevo hondo para ver si salían al final. - ¿Quieres casarte conmigo? - Ya lo había dicho, ya estaba todo dicho y ahora debía esperar su contestación. Su corazón se paró esperando su respuesta

Kaoru sonrió cuando vió aparecer a Daniel de nuevo, aunque le pareció notarle algo raro..sus sospechas se confirmaron cuando de modo inesperado, este la tomó la mano para que se levantara. Le miró con cierto gesto de extrañeza.. que era lo que estaba pasando? Sin embargo su sorpresa fué aún mayor, cuando este se puso de rodillas. Su mente estaba haciendo un esfuerzo por comprender, aunque su corazón fué más rápido en entender que era lo que estaba sucediendo. Aunque antes de que pudiera reaccionar, Daniel estaba ya mostrando una cajita con un precioso anillo y haciéndola la gran pregunta. Su corazón dió un vuelco, sintió cómo si por un momento hubiera dejado de latir. Las mejillas le ardían y no hacía falta haber estudiado mucho para darse cuenta que estaba totalmente ruborizada. Quiso hablar, pero las palabras no salian de su garganta.. sin embargo no era necesario. Su expresión lo decía todo. Una enorme sonrisa iluminaba su cara, contrastando con las lágrimas que corrián libremente por sus mejillas. Su mirada emocionada, miraba a Daniel con profundo amor.Tuvo que llevarse la mano a la boca para ahogar sus sollozos. Estaba llorando, si, pero eran lágrimas de pura felicidad. Cuando finalmente consiguió reaccionar, se agachó para quedar a la misma altura que él y se echó en sus brazos rodeando su cuello y abrazándolo con fuerza.

-Si...claro que quiero casarme contigo...- respondió finalmente con la voz visiblemente emocionada. Tras unos segundos, se apartó ligeramente de él y se le quedó mirando a los ojos con expresión feliz y absolutamente rendida a él. Sonrió y acercó muy lentamente el rostro al de él, y abrió los labios ligeramente- Te amo...- Susurró con lentitud, para después besarle en los labios. Era un beso profundo, lento y suave, cargado de emoción y sentimiento, pero sobre todo amor.. amaba a aquel hombre por encima de todas las cosas, y ahora él, acababa de hacerla la mujer más feliz sobre la faz de la tierra..

Sonrió, se sentía el hombre más feliz en la faz de la tierra y todo era por esa contestación. Su corazón empezó a latir fuerte, tan fuerte que parecía que se le iba a salir del cuerpo. ¿Hacía cuanto que ese sentimiento había crecido en el hasta volverse tan enorme que envolvía todo su ser? No lo sabía aunque tampoco deseaba saberlo, solo tenía en mente que ella, Kaoru, iba a ser su esposa y que por ella lucharía contra viento y marea para protegerla y cuidarla como buen marido.

Sus mejillas se tiñeron de rojo al oír decir “te amo” a su novia. Aunque fueron mas los labios de ella los que hicieron que su color rosado siguiera ahí. Al dejar los labios de ella, se puso en pie primero y luego le dio la mano de nuevo para levantarla y dejarla frente a él, cogió su mano poniendo el anillo en su dedo anular. Una de sus manos se fue hacía la mejilla de ella, tocándola con delicadeza. Volviendo de nuevo a besar esos labios con lentitud y amor.

¿Bailamos? – Preguntó ofreciendo la mano a su novia, mientras sonaba una romántica canción.

Emocionada y con las manos temblorosas, Kaoru dejó que Daniel deslizara el anillo por su dedo, mientras no dejaba de mirarle a él y después llevando de nuevo la mirada al anillo. Ahora Daniel ya no era su novio... a partir de ese momento se había convertido en su prometido...y aquel anillo sellaba el amor de su compromiso..un amor tan inquebrantable que había sido capaz de soportar muchos obstáculos y dificultades, saliendo siempre victorioso,

Kaoru le dió una de las manos mientras pasaba la otra por el hombro de Daniel y apoyaba en este su cabeza, moviéndose al son de la música. Sus ojos aún estaban visiblemente emocionados. No todos los días le pedía el amor de su vida a una que se casara con él...Kaoru le abrazo, y después se incorporó un poco, dejando su rostro enfrentado al de él, mientras le miraba tiernamente y con una dulce sonrisa llena de felicidad.- Desde cuando tenías planeado esto?- preguntó con dulzura- el anillo ha debido de costarte una fortuna... puedo cambiarlo por uno más barato...a mí no me importa, de verdad.. - A Kaoru nunca le había importado lo material, y siempre se preocupaba por que Daniel no gastara demasiado dinero por su causa, ya que aunque sus tíos tenían dinero, a él siempre le había gustado valerse por si mismo, y trabajar duro para subsistir con lo que él ganaba, en lugar de hacerlo a costa de lo que tuvieran sus tíos. Por eso temía que aquel anillo que ahora llevaba, costara más de lo que él se pudiera permitir.

Cogió a Kaoru de manera delicada, comenzando a bailar la canción. Podía notar el corazón de la chica latiendo al unisono con el suyo mientras un suspiro salía de sus labios. Las palabras Kaoru hicieron que el la mirara con ternura y amor. No sabía para nada cuando, o al menos no lo recordaba…Desde siempre quiza… - Cuando volvimos de España fue cuando pensé en ello. De hecho este anillo lleva conmigo mucho tiempo, Desde entonces lleva. Pero jamás tuve la oportunidad de dartelo en condiciones y para darlo de cualquier forma…Esperé el momento adecuado y…es este Kaoru. – Dijo sonriendo de manera tierna y dulce. – Kao-chan, no te preocupes por el dinero. Tu vales esto y mas ademas, tenía ahorrado para comprarlo desde el día en que te conocí en el bar. – Besó la frente de Kaoru para volver nuevamente a sus labios. Esos labios que no había tenido en tres semanas, tres fatigosas semanas de trabajo y universidad y de celos y rabia por que ella no estuviera allí.

Kaoru escuchó las palabras de Daniel con cierto gesto de asombro..no esperaba que hubiera comprado el anillo hacía tanto. Aquello hizo que se ruborizara pues ella pensaba que había sido algo que Daniel había planeado al llegar allí, pero el que lo tuviera todo ese tiempo, y lo que era más, que hubiera aguantado guardar el secreto.....eso la hacía sentir especial. Desde que se conocieron, Daniel había sido muy importante en su vida. Gracias a él y a su hermana Nat-chan, ella pudo superar la tristeza que había supuesto para ella su primera decepción amorosa.. Cuando le vió aparecer ante ella, con esa sonrisa y hablándola con aquella voz engolada cómo si la estuviera coqueteando..sonrió tiernamente al recordarlo. Aquella vez fué la primera vez que se fijó en él. Luego cada vez que iba a casa de su amiga Nat-chan, él estaba allí...siempre sonriente, y con palabras amables para ella. A menudo conversaban cuando Natalia hacía alguna pausa y se iba a por alguna cosa, o si Rúaj la llamaba por teléfono y la demoraba, él solía hacerla compañía y darle conversación. Aquello había ido haciendo que fuera creciendo en ella un sentimiento que guardó en secreto para ella misma, al pensar que jamás sería correspondida. Incluso se lo había ocultado a su querida amiga...hasta aquel día...el día que todo cambió..y curiosamente, también había un aeropuerto...tal parecía que aquel lugar era algo relevante en sus vidas.. siempre que había sucedido algo importante, había un aeropuerto.. de un modo u otro. Incluso hoy, aunque el acontecimiento se desarrollara en otro sitio, pero ahí había estado..

Se abrazó a él, y cuando este la besó nuevamente en los labios, correspondió de modo largo y suave, volviéndose según se iba prolongándo en el tiempo, más profundo y apasionado. Sus manos le envolvieron y recorrieron suavemente su espalda, acariciándola con delicadeza a través de la camisa, mientras se apretaba aún más contra él, sin dejar espacio físico entre ambos. En un momento, todo había desaparecido alrededor, tan sólo ellos, besándose abrazados al son de una romántica canción, que ahora mismo debía sentirse (si fuera posible que las canciones pudieran sentir) ignorada, pués toda la atención de la muchacha se había centrado en el que ahora era su prometido.

Sus ojos y sus labios solo eran para ella, en esa noche que había tenido el valor de pedírselo, a partir de ahora sola y exclusivamente eran de su prometido…Prometida, que palabra tan bella y dulce cuando realmente la sientes…Sonrió para sí al sentirla. Sentir sus labios y sus brazos a su alrededor, Daniel hizo lo mismo, abrazándola y envolviéndola con los suyos. Haciendo que Kaoru se quedara dentro de aquella protección que solo él deseaba hacer.

Pasaron los minutos y una canción dio paso a otra, mientras la pareja se quedaba ahí, sin bailar solo abrazos y besándose. – Kao-chan, quieres que nos vayamos al cuarto a dormir. – Dijo Daniel rompiendo ese momento romántico y precioso. Pero ya era muy tarde y no solo estaría ella cansada sino que él debía ir a la universidad y luego al trabajo. A partir de que se levantaran empezaría su vida conjunta. Una vida llena de amor, felicidad y armonía. O al menos eso sería lo que él intentaría conseguir

Ella asintió levemente, sin dejar de mirarle y con la sonrisa en el rostro. Había llegado el momento tan esperado y a la vez tan temido. Independientemente de si sucedía algo o no, el hecho de compartir alcoba y cama con Daniel era para ella algo novedoso y muy importante. A pesar de que habían estado juntos más veces, sería la primera que ambos dormirían en la misma cama. El sólo hecho de pensar en ello, llenó a la muchacha de una sensación extraña. Estaba nerviosa, pero a la vez emocionada. Sin embargo, procuró no mostrar signos evidentes de ello. No quería preocupar a Daniel, y que creyera que no quería irse con él a dormir al mismo cuarto. Por otro lado, se preguntaba que pasaría por la cabeza del muchacho.. ¿le sucedería lo mismo que a ella?

Trató de calmarse, respirando hondamente. Miró a Daniel con ternura y le besó con delicadeza en la comisura de los labios. Aquella era la última barrera que quedaba por destruir y que marcaría el inicio de su nueva vida. Lo que pasara o no...ella sabía que tarde o temprano llegaría ese momento, y que sería algo especial. Decidió de no pensar en ello y que fuera el propio tiempo y las circunstancias las que decidieran. Podía ser esa noche cómo cualquier otra. Cuando llegara ese momento especial, ella estaría preparada. En el fondo hacía tiempo que se encontraba preparada, pero no se había atrevido a mencionar nada ni a dar el primer paso. Lo importante era que por fin iban a poder estar juntos sin tener que separarse, cómo sucedía antes de irse allí. Sus noches ya no estarían nunca más solas. Él estaría allí con ella, compartiendo su espacio y rodeándola con sus brazos que tan tiernamente la envolvían. Daniel... su primer amor...su....único amor..

-Iré a ponerme algo para dormir..- le dijo al muchacho con tono dulce. Le dió un beso en la frente y se fué al cuarto. Sacó un camisón y se metió al cuarto de baño. Cuando se lo puso, se preguntó si no sería quizá demasiado corto, o provocativo.. una cosa era que si tenía que suceder algo, sucediera, y otra que pareciera que lo iba pidiendo a gritos, lo que estaba alejado de su idea. Simplemente era que normalmente ella solía dormir con camisón o camiseta, e ir sólo con la camiseta le parecía ir con demasiado poco, al menos para ser la primera noche que pasarían juntos. Por lo que la otra opción, era aquella. Le llegaba ligeramente por encima de la rodilla, pero tapando lo suficiente, siendo quizá su preocupación que pudiera transparentarse algo, cosa de lo que no estaba segura. Salió con cierta timidez nuevamente hacia el cuarto, con paso lento buscando a Daniel para avisarle que le esperaría metida en la cama mientras el se cambiaba, así le resultaría más fácil y sería menos vergonzoso para ella. Al menos hasta que se acostumbrara a ello, aunque sabía que no tardaría mucho. -¿Daniel?- preguntó al aire en espera de una respuesta por su parte- oye, he pensado que me iré metiendo, y te esperaré allí para que puedas cambiarte tranquilamente....

Solo asintió mientras veía como Kaoru se dirigía a la habitación. Suspiró mientras su vista se giraba al baño, debía hacer algo para que todos sus sentimientos no se vieran, su mente debía estar fría y no hacer ninguna estupidez.

En el baño se cambió, lo único que se puso fue el pantalón del pijama. Siempre lo hacía así y de desde luego no iba a cambiar los hábitos ya que tarde o temprano volvería a ello y su prometida lo vería. ¿Que mas daba si era ahora?

Escuchó a Kaoru hablar casi desde la habitación. – Esta bien, voy en breve. – Contestó mientras se terminaba de “arreglar”.

Unos minutos más tarde, y habiéndose tranquilizado apareció en la habitación. En la cama Kaoru se veía tan hermosa. Su corazón empezó a latir con fuerza, estaba nervioso, tal vez demasiado. En esa habitación, en esa cama los dos juntos pero…no era el momento, no ese, estaba anímicamente cansado y necesitaba dormir para poder volver a la rutina por la mañana. – Buenas noches mi amor. – Dijo dándola un beso en la frente y tumbándose a su lado.

Kaoru se ruborizó. No sólo porque se había fijado en que Daniel llevaba el torso desnudo, sino porque se sintió abrumada al sentir su contacto y el beso tan dulce que le había dado. Aquello la llevó a tomar una determinación. Sabía que hasta ahora, si Daniel no había intentado nada había sido por que la respetaba y la amaba demasiado cómo para forzarla a hacer nada. Ya le dejó bien claro cuando estuvieron en España, que por muchas ganas que tuviera, esperaría lo que hiciera falta hasta que ella estuviera preparada para ello. A fin de cuentas el tenía experiencia, pero para ella sería la primera vez, por lo que era normal que aunque lo deseara tuviera miedos y dudas. Tiempo había pasado ya desde que comenzaron a salir, y ella había madurado y tenía las cosas más claras. Y aunque pudiera tener algo de miedo, estaba completamente segura de lo que quería, y pensó que lo justo sería que Daniel lo supiera. Seguramente no iba a ser fácil decírselo, y tampoco quería que con ello Daniel pensara que quería que pasara justo en ese momento..no... ella tan sólo quería hacerle saber que estaba preparada y que cuando tuviera que pasar, ambos dejaran que pasase. Que no necesitaría contenerse más, ni ella tampoco...

Al sentirle tumbarse a su lado, ella se acurrucó y buscó su mano, pasándo el brazo del muchacho por encima de su cuerpo para abrazarse con él, y entrelazando su mano con la de él. Depositó un pequeño beso en los nudillos del joven y apegó un poco junto al cuerpo de su prometido. Hacía tanto tiempo que deseaba estar así...notó cómo el cansancio y el sueño iba haciendo mella en ella y venciéndola poco a poco, sin embargo todavía tuvo fuerzas para decirle a Daniel lo que quería. Sin volverse y con tono dulce y cariñoso, aunque algo tímido, la muchacha dejó que las palabras salieran de su boca. No había planeado cómo decirlo, pero es que seguramente si se ponía a pensarlo, no se atrevería, y consideraba que el que Daniel lo supiera era importante.- Daniel...- dijo tímidamente.- yo..yo sólo quería decirte...decirte que...quiero que sepas, que estoy preparada...y bueno.. cuando tenga que... pasar...por mi..estará bien que suceda...yo.. sólo quería que lo supieras....sólo eso...- respiró hondo y se volvió despacio hacia él mirándole a los ojos con timidez esperando que él comprendiera sus palabras y que supiera a lo que se refería. Tener que explicárselo de otro modo, resultaría demasiado embarazoso para ella. - Hace tiempo que quería decírtelo..pero no...no encontraba el momento adecuado..yo.. me daba...vergüenza...ahora..ya lo sabes..- Kaoru le miró sonriente con los ojos llenos de amor y un ligero rubor en las mejillas. Notó cómo estos se le iban cerrando poco a poco a causa del cansancio, pero estaba feliz. Había podido decirle lo que quería a Daniel, y además su rostro era lo último que sus ojos habían visto antes de que el sueño la venciera por completo. Se abrazó a él posando ligeramente su cabeza en el torso del muchacho con expresión feliz. El día que despuntara seguramente sería un día maravilloso, Acababa de prometerse con el que era el amor de su vida, y además seguramente su rostro sería lo primero que viera cuando se despertara. Desde luego su nueva vida no podía comenzar mejor.

Miró a su prometida a los ojos, escuchando cada palabra que decía. Su sonrisa dulce era patente, solo asintió mientras continuaba mirándola con amor. Durante unos minutos vio el rostro de Kaoru dormido, mientras recordaba todo el pasado en Japon. No tenía sueño, al menos se le había pasado en ese momento pero se quedó quieto para dejar descansar a Kaoru. Aunque poco a poco se le fueron cerrando los ojos y se dejó llevar a los brazos de morfeo

Habían salido del supermercado y cogido un autobús hasta el piso. No era un gran trayecto pero tan cargados como iban era lo mejor. - Hay un videoclub cerca de casa, así que había pensado que podíamos entrar y coger unas películas. - Comentó mirando a su prometida y viendo que ella asentía con la cabeza.

Tardaron unos minutos en llegar a su calle y Daniel se adentro en el local con Kaoru a su lado. - Hola Daniel, que tal. No esperaba verte por aquí. Me dijiste que ibas a estar con tu novia y ... - El muchacho miró a Kaoru y abrió los ojos sonriendo con felicidad. - Vaya así que ella es Kaoru, no me habías dicho que era tan guapa. Ummm...si llego a saberlo, hubiera ido a recogerte yo. - Siguió mirando de reojo a Daniel con una sonrisa maliciosa.

Daniel suspiró. - Hola Damien, ya ves. Esas son las cosas del destino. - Hablaba tranquilamente, algo extraño en el chico cuando se trataba de su prometida. - Kao-chan, este es Damien, un compañero de universidad. Estudia rama de informatica pero quiere ser profesor. Asi que esta en diferentes clases. - Volvió la vista de nuevo al chico. - Vamos a tener una sesión de películas en casa así que para eso habíamos venido. - Se notaba algo de amistad entre ellos. Apenas se conocían pero Daniel siempre hacía amigos muy pronto.

Aquí tenéis una selección de ellas, así que la que queráis. - Contestó mientras veía a la pareja. - Por cierto Daniel, toma, tus apuntes. Me vinieron de fabula. - El chico entregó al moreno unos papeles. - Ahora a elegirlos

Ligeramente ruborizada por el comentario que el amigo de Daniel había hecho hacía ella, Kaoru saludó cortésmente, con una leve inclinación de cabeza y una sonrisa cálida. Dejó que fuera Daniel el que hablara, y ella prefirió quedarse en un segundo plano. Cuando el amigo de Daniel les indicó las películas, Kaoru echó un vistazo mientras pensaba cúales elegir. Sus ojos se posaron en una comedia romántica e inmediatamente la seleccionó. Después pensó que a Daniel quizá le gustaría ver alguna de misterio, o de miedo, y eligió una para que así los gustos de ambos se vieran complacidos. No iba a torturar a su amado prometido con sesión doble de romanticismo, quiso que fuera algo equitativo. Cúal de las dos vieran primero, lo echarían a suertes. - Creo que esta y esta... - miró a Daniel para ver si el daba su aprobación con la que había elegido para él.

Después de elegir la película, tendrían que ir a casa a colocar las cosas. Kaoru había pensado que Daniel podría darse una ducha y cambiarse de ropa poniéndose algo más cómodo mientras ella colocaba la compra, y luego mientras el preparaba el salón para la sesión de películas, iría ella a ducharse y a cambiarse de ropa. Así pasarían aquella tarde que anunciaba lluvia, de la mejor manera que podía pensarse. No hay nada mejor que un sofá, una manta, unas pelis y buena compañía, para hacer de una tarde lluviosa algo especial.

Asintió. – Están bien esas dos películas. Además creo que realmente tengo ganas de algo…pasteloso. – Comentó mientras miraba a Kaoru con una sonrisa divertida, no le gustaba mucho ese estilo de películas pero no decía que no a ver una y más cuando ella estaba a su lado. – Gracias por todo Damián. – Se despidió Daniel mientras volvía a coger las bolsas y se encaminaban de nuevo al piso. – Bueno, tendrás que usar tu nueva llave para abrir la puerta. Con las manos tan cargadas no puedo hacerlo. – Miró a la chica viendo como cogía las llaves y abría, Daniel fue casi corriendo hacia la encimera de la cocina para dejarlo todo encima. - ¿Quieres que te ayude a guardar las cosas? – Preguntó esperando que le dijera que sí, aunque sabiendo como era, el no era fijo.

-humm.. cómo quieras amor, pero.. no es necesario.. por qué mejor no te vas duchando y te ponés más cómodo mientras yo coloco todo, y luego mientras yo me ducho, preparas tu el salón con todo lo necesario para la sesión de cine?- se acercó a él con expresión sonriente, y le dió un dulce beso en los labios y una pequeña cachetada cariñosa en la nalga. Anda.. déjame esto a mí.. no tardaré mucho, y así podremos ponernos a ver tranquilamente cuanto antes las películas, además así voy familiarizandome con todo esto para saber donde debe estar todo..- Le miró con ojos de cachorrito, que era lo que él solía hacerle a ella cuando quería conseguir alguna cosa, aún a sabiendas que no le hacía falta, ya que había pocas cosas que ella le pudiera negar.- Lo harás....por fi...- para ser más convincente se acercó a su oido y le susurró las últimas palabras con suavidad en él, de un modo que casi podría considerarse sensual. Sabía que de ese modo no pondría objeción alguna. Luego le miró expectante y poniendo un pequeño morrito haciendo un gesto bastante gracioso. Normalmente cuando hacía eso no se le resistía, de hecho, ella había pensado que a veces se ponía un poco cabezota, para que ella tratara de convencerle de ese modo.. casi podría apostar que le gustaba que tratara de convencerlo así....

Cerró los ojos negando con la cabeza, no era capaz de decirle que no a nada. Esa era una gran debilidad suya. – Está bien. Lo haré, te dejaré sola con la cocina. – Contestó dando un beso en los cálidos labios de su prometida. – Voy a ducharme y en cuanto salga ya te voy ayudando. – Se encaminó hacia la habitación, en ese momento el móvil sonó, Daniel lo cogió y una sonrisa feliz asomó en sus labios. – “Hola hermanita que te cuentas… Sí lo siento, no he podido… Días ajetreados... ¿Que?.. Y que te importa eso... No, estoy bien... Esta bien, si, se lo he dicho... ¿Que? Porque no se lo preguntas a ella otro día, así podréis gastaros todo el dinero en llamadas… Está bien Natalia, ahora he de dejarte que me voy a duchar…Se los daré de tu parte… Hasta pronto” – Respiró aliviado, hacía tantísimo que no oía su voz, que le había sobresaltado algo, parecía extrañamente mas cálida que en lo habitual en ella. Pero claro…ya estaba casada con Ruaj y eso hacía que su voz fuera claramente diferente.

Se fue a la ducha, solía estarse 15 minutos en ella pero en esta ocasión casi no fue nada. No quería que su novia estuviera todo el tiempo colocando las cosas y aunque sabía que era muy capaz, no quería dejar que se encargara de todo. Cogió su camisa y su pantalón poniéndoselos y se encaminó a la cocina. – Te puedo echar una mano kao-chan

-Humm.. ya te has duchado? caray, que rapidez.- dijo sonriendo mientras colocaba unas cosas en los estantes. - La verdad es que tengo casi todo recogido, pero si quieres, puedes colocar eso de ahí, es lo único que queda- señaló a una bolsa que había sobre la encimera. Después puedes ir preparando las cosas en el comedor y poniendo la película mientras yo me ducho... por cierto, quién ha llamado? me había parecido que era Nat-chan.. era ella? que tal se encuentra?

Lo cierto era que la hubiera gustado mucho hablar con ella. Hacía un tiempo que no la escuchaba, y la verdad era que la echaba mucho de menos. Desde que se había casado, se habían visto muy poco, y aunque solían hablar por internet, no era lo mismo. Kaoru extrañaba a su querida amiga.

-Espero que le vaya bien..la echo mucho de menos.. lo cierto es que es gracias a ella que hoy estamos tu y yo aquí...