Esto no se podría llamar cita improvisada! {Priv. Alissa Nesbitt}

Era un sábado, y Niu estaba en el campo o mejor dicho en el bosque mirando las nubes como a él le gustaba hacer. Se había dormido en la hierva o lo que quedaba de la hierva a causa de la helada que había tenido la noche anterior. Hacía frío pero esa facilidad de dormir la tenía desde siempre y ese día tenía más sueño de lo normal.

Las horas pasaron hasta que se hizo de noche o mejor dicho oscureció, el bosque se había tornado oscuro, lleno de formas horribles que asustarían a cualquier persona valiente del mundo. Niu se despertó desorientado mirando el lugar : -¿Que...? Me quedé dormido y ya se hizo de noche...-suspiró al ver que había hecho todo lo contrarió de lo que en teoría tenía planteado. Se despeinó el pelo y suspiró, por suerte había llevado una linterna con pilas nuevas por si le pasaba eso, lo complicado sería volver a la residencia de estudiantes.

Se levantó y posando la mochila en su hombro derecho empezó a caminar por el bosque y como siempre su orientación falló en el momento más necesario de su vida. Todo le parecía igual, y le parecía que iba dando vueltas sobre el mismo sitio, hasta que llegó a una mansión antigua, parecía que nadie la visitaba desde hacía tiempo, de golpe algo le recorrió el cuerpo, un escalofrió, señal de que algo no iba bien en ese lugar...

Seguía corriendo desde hacía rato, huyendo de un chico muy pesado que me pedía ayuda con sus deberes. Al final la cosa había acabado en una persecución. Empecé a correr y él me seguía. No miraba por dónde iba. Escuché como el chico maldecía y dejé de oír sus pasos tras de mí. Sin embargo, seguí corriendo. Hasta que choqué con alguien. Caí de espaldas al suelo y entonces fue cuando me paré a observar el panorama a mi alrededor. Todo estaba totalmente oscuro, lleno de árboles y figuras susurrantes que resultaban muy inquietantes de ver. Al frente se alzaba una gran mansión con un tétrico aspecto.

La persona con la que me había chocado me observaba. Me fijé en quién era. Y me levanté de una salto para lanzarme sus brazos ya que lo que estaba viendo a mi alrededor me asustaba mucho.

-¡Niu! ¿Qué haces en un sitio como este? -preguntéAunque eso da igual ahora. Me alegro de haberte encontrado

Lo cierto es que no tenía ni idea de por dónde había venido ni cuál era el camino de vuelta, pero eso no me importaba porque estaba con Niu. Gracias a su sola presencia, ya me sentía algo más calmada.

Me había quedado absorbido por el mal ambiente que se podía sentir en aquel lugar, que para nada era agradable, me recordaba a algunas partes de mi infancia haciendo que me quedara como conjurado por esa vieja mansión de aspecto terrorífico, parecía el típico escenario de una película de terror, donde estaba apunto de suceder un asesinato diabólico.

Fue cuando sentí como alguien chocaba contra mi, me sobresalté volteandome de golpe e iluminando el bulto oscuro que había en el suelo viendo quien era.Y aún me sorprendí más al sentir como me abrazaba de golpe, solo la abracé: -¡ALISSA! ¿Que haces en un lugar como este en plena oscuridad?-pregunté sorprendido, creciéndole la cabeza al verla algo asustada, -yo... bueno... me quedé dormido y al despertarme vi que se había hecho de noche y acabé perdido llegando a este lugar... que no me gusta para nada-dije dejando ver que sospechaba en que algo no muy normal ocurría en ese lugar.

Me explicó que se había quedado dormido y había llegado hasta allí. En una situación normal me habría resultado graciosa y adorable su poca orientación, pero en ese momento estaba demasiado asustada.

-Yo... huía de ese pesado que está en mi clase y siempre me pide que le haga sus deberes. Al final he acabado aquí pero no sé cómo...

Observé de nuevo el lugar ahora un poco mejor con la luz de la linterna de Niu. No pudo sino gustarme menos aún que antes. Agarré a Niu de la mano...

-Tampoco me gusta este lugar, tengo miedo... -le dije- Y dado nuestro pésimo sentido de la orientación, no sé cómo vamos a salir de esta...

Intenté pensar por dónde había venido, pero con tanta oscuridad me era más que imposible. No pude evitar pensar que ese sitio era peligroso ya que escuchaba algunos ruidos probablemente provocados por animales nocturno. Un escalofrío recorrió mi espalda.

Por unos instantes me olvidé del mal rollo que me daba aquel lugar y aquella mansión escuchando aquella explicación sobre que hacía ella ahí, fruncí mi ceño: -¿Te estaba persiguiendo un chico de tu clase por los deberes? La próxima vez hablaré con él...-dije molesto ya que te había hecho correr un grave peligro.

Cuando sentí como me agarraba la mano solo le sonreí dulcemente intentando reconfortarle aunque supuse que era difícil hacerlo en un lugar como ese: -Tranquila... si sucede algo yo te protegeré.... -dije besandole dulcemente los labios y sonriendole con confianza, -Vaya... esta vez es realmente problemático nuestra falta de orientación... pero saldremos de aquí -dije sonriendo, para tomarla de la mano y empezara alejarnos de la mansión, pero fue cuando delante nuestra apareció un espectro realmente terrorífico parecía no querer dejarnos pasar, este alzó su mano señalándonos a los dos como si nos quisiera avisar de algo pero yo al menos no pude entender el que solo tome la mano de Alissa más fuerte acercándola a mi.

Noté cómo meditaba sobre lo que le había dicho del chico que me perseguía por los deberes. Dijo unas palabras y me pareció molesto. Quizás era normal eso. Siendo mi novio, debía molestarme que otros chicos me persiguiesen, fuera cuál fuera la razón.

-No te preocupes- le dije abrazándole. Por un momento me había olvidado de dónde estábamos.

No me gustaba que dijese eso con intenciones de enfrentarse a ese chico, pero me gustaba que se preocupase así por mí. Pareció sentir mi nerviosismo y me dijo unas palabras reconfortantes. al estar con él y saber que me protegería, me sentía más tranquila. Me besó y luego me cogió de la mano diciendo que debíamos salir de allí arreglándonos como pudiésemos con nuestra mala orientación.

Entonces, de repente, algo que parecía ser un fantasma, se apareció ante nosotros. Ahogué un grito y me acerqué a Niu con intención de pegarme a él y así sentirme protegido, pero se me adelantó y fue él el que me acercó y me apretó con fuerza contra su cuerpo. Estaba tan asustada que unas lágrimas escaparon de mis ojos. Escondí mi cara en el pecho de Niu porque no quería mirar aquello que estaba frente a nosotros.

-Niu -dije entre sollozos, asustada y en un susurro.

El fantasma o lo que parecía ser, no se veía muy bien ya que la linterna se había caído al suelo por el sobresalto que había sufrido, nunca había temido la oscuridad pero la imagen que se paraba delante nuestra no era para nada agradable, por eso tome fuertemente entre mis brazos a Alissa viendo como temblaba de miedo y se escondía en mi pecho, le acaricié el cabello.

-Tranquila... todo saldrá bien...-le susurré, para tomar la linterna con cuidado y volverte a abrazar a mi protectoramente y mirando por donde podíamos huir de esa horrible monstruosidad. Intenté que tiráramos hacía otro lugar donde no había nada ni nadie, pero apareció de nuevo lo que parecía ser el espectro así que después de varios intentos, me puse serio al ver que no nos dejaba marchar: -sera posible...-murmuré para suspirar pesadamente: -Alissa... no te gustara la idea... pero sera mejor entrar en la casa... y despistar a esta figura...-dije en un susurro para tomarla de la mano y mirarle en los ojos -confía en mi... no te hará nada ...-dije para correr con ella tomada de la mano hasta dentro de la mansión antigua.

Niu parecía nervioso. Intentaba esquiar aquella cosa y yo solo procuraba no mirar. no solté a Niu en ningún momento ya que tenía muchísimo miedo. Al ser yo una persona que me asustaba con facilidad, sabía que le podría resultar un estorbo.

Escuché cómo Niu me decía esas palabras. Yo no quería entrar en la mansión y me iba a oponer pero lo pensé y supe que debía confiar en él.

Así que solo me limité a dejarme llevar por Niu. Corrimos hacía la mansión y subimos por una destartalada escalera. Abrimos una puerta enorme que chirrió, entramos al interior de la mansión y cerramos de un portazo. A pesar de que Niu llevaba la linterna, no lograba distinguir casi nada. Estaba muy asustada y no sabía que hacer, la oscuridad no me gustaba nada. Por lo que solo alcancé a sentarme en el suelo y abrazarme las rodillas. Comencé a sollozar como una niña pequeña y mi único pensamiento era que que no podríamos salir de allí. Necesitaba que Niu me abrazase y me tranquilizara. Agarre su pantalón y di unos tirones para llamar su atención. Luego mire hacia su rostro, gracias a su linterna podía distinguir sus ojos dorados.

-Niu... -susurré.

Sabía perfectamente que el entrar en esa mansión no era plato de buen gusto para ella, pero sino podíamos salir hacia el bosque a causa de ese espectro, solo nos quedaba entrar en la mansión y esperar a que pasara eso y que pudiéramos volver al campus escolar.

Entramos por esa puerta roñosa que hacía tal ruido, todo aquello empezaba a parecer demasiado a una de las películas de terror que había visto algunas veces. Por dentro la casa era aun peor que por fuera, los muebles sino estaban tirados al suelo, estaban cubiertos por grandes telas blancas llenas de polvo, se notaba que hacía tiempo que nadie vivía en esa casa. Subimos aquellas escaleras con cuidado ya que las maderas no parecían estar muy bien y ya en el segundo piso, entramos en un cuarto que parecía ser un viejo dormitorio de los principales, en la sala apenas quedaba la cama de matrimonio y algunos armarios y espejos cubiertos de polvo y suciedad.

Estuve vigilando las salidas y entradas de aquel lugar, miré por la ventana viendo el espectro vigilarnos desde el jardín principal de la casa sonriendo satisfecho, pero fue cuando sentir como ella tiraba de mi pantalón así que me senté a su lado abrazándola al ver como estaba.

-Perdona que hayamos tenido de entrar aquí...-le dije sintiéndome culpable por ello, sobretodo porque empezaba ha hacer más frío en el bosque a parte de ser invierno. Le abracé firmemente olvidándome del espectro para centrarme en ella, cuidándola y acurrucandola en mi pecho y entre mis brazos le bese la mejilla: -tranquila... Alissa... saldremos dentro de poco... vale? -dije intentando reconfortarla.

Niu se agachó a mi lado y me abrazó con calidez. Me besó la mejilla mientras me acurrucaba junto a él. Me decía palabras para tranquilizarme. Así que me calmé un poco y abrí los ojos para observar la habitación en la que estábamos. La mayoría de los muebles estaban tapados pero se podía adivinar que fue una bonita habitación en un pasado lejano. Había polvo por todas partes, sentí lástima por la habitación y por lo descuidada que estaba.

Pensar en eso me tranquilizó y me sentí más a gusto. Además estaba junto a Niu, eso me hacía sentir más tranquila.

-Gracias por tranquilizarme- le dije-Sé que nos tenemos que quedar aquí por un rato, ¿pero cuánto rato será? ¿Qué vamos a hacer aquí encerrados? Ni siquiera sabemos qué demonios es eso que había fuera- le contesté recordando aquella figura que tanto me asustó.

Suspiré algo deprimida por la situación. Me encantaba estar con Niu, pero prefería las situaciones románticas como la del campo de flores. Aunque supongo que también podríamos crear un bonito ambiente aquí... pensé-

Aun no me había fijado en el dormitorio donde nos habíamos escondido. Aunque ciertamente tampoco le importaba mucho, en esos momentos su cuerpo se concentraba en la amenaza exterior que no les dejaba salir de la casa. Mi mente no se podía concentrar en otro sitio que no fuese en eso y en abrazar a Alissa para cuidarla y mostrarle que conmigo estaría a salvo.

Fue cuando le miré con cierta dulzura al escuchar eso y solo suspiré sintiéndome mal de estar ahí: -Me sabe mal que estemos aquí... siempre te acaban sucediendo cosas cuando estas conmigo... -me quede pensativo- deberíamos de esperar solo un rato... -dije para mirar levemente por la ventana -aún sigue ahí esperando a que salgamos... solo espero que no este reteniendonos toda la noche, porque empiezan a bajar las temperaturas-dije notando que aunque llevara un abrigo gordo empezaban a haber grados bajo cero a causa de estar en el invierno.

Luego preocupado por si ella tenía frío le miré a los ojos: -Alissa... si tienes frío dímelo, vale?-acabe diciéndole eso para que me avisara si era así, sin dejarla ir de entre mis brazos.

Mientras que en el piso bajo empezaba a escucharse ruidos pero lejanos de momento no habría de que preocuparse de nuestra posición.

Escuché con atención sus palabras. Necesitaba concentrarme en algo que no fuese nuestra situación. Todo lo que me decía era para tranquilizarme.

-No te preocupes, no es culpa tuya. Además, el tiempo que paso contigo es siempre bueno- le dije.

Luego me sugirió que esperásemos un rato. Comentó con preocupación que las temperaturas bajaban. Es cierto, tengo mucho frío. Tan solo llevo el uniforme porque no tenía pensado salir. Niu pareció darse cuenta de eso y me miró a los ojos preguntándome si tenía frío. Lo cierto era que sí, pero no quería decírselo ya que temía que se quitara su abrigo para calentarme y no era eso lo que quería.

-Sí... tengo frío, pero... -comencé. Me acerqué a él y pegué mi cuerpo al suyo, podía sentir el calor que desprendía y eso me aliviaba- ...así estoy bien. Gracias- terminé diciendo. Me intenté relajar y cerrar los ojos.

Lo último en que quería pensar era en esos ruidos que se oían y en ese espectro que nos acechaba desde el exterior.

Sentía que mis palabras ayudaban un poco a tranquilizarla pero con eso no era suficiente, no sabía muy bien como tranquilizar a la gente pero sabía que lo principal era no ponerme yo nervioso ya que podría acabar demostrando inseguridad y eso era lo peor que podía pasar en esos momentos.

Escuché las respuestas de ella a mis preguntas y a mis palabras que había dicho hacía poco. Noté que no era del todo cierto esas palabras, o al menos eso me parecía a mi. Al ver como ella se acercaba a mi para sentir más mi calor solo la rodeé más con mis brazos pero al final pensé que no quería que te resfriaras, yo llevaba debajo una camiseta térmica y un jersey de lana blanco así que pensé que el abrió le haría más servició a ella aunque la tuviese abrazada. Me desabroche el abrigo y se lo puse: -No protestes por esto, de acuerdo?-le dije sonriendo tiernamente- no tendré frío, voy bien abrigado a diferencia de ti, así que no me importa dejártelo-acabe diciendo sabiendo que tarde o temprano ella protestaría porque le estaba dejando el abrigo. Igualmente le abrace fuertemente para sentir su calor.

Poco a poco las temperaturas descendieron pero aun las podía aguantar, por suerte en donde yo vivía de noche las temperaturas bajaban tanto que eran peores que estas.

Él pareció notar que realmente tenía frío. Lo vi cómo empezaba a desabrocharse el abrigo.

-No, no. No es necesario... de verdad- dije preocupada. Pero no opuse mucha resistencia ya que tenía cada vez más frío. No estaba acostumbrada a temperaturas tan bajas. Adivinó que protestaría y eso me hizo reír un poco. Me fijé en que, como dijo, él estaba bien abrigado, así que dejé que me abrigara.

Pasó un tiempo y las temperaturas bajaron aún más. A pesar del abrigo, no podía dejar de temblar.

-Niu...- dije con la voz temblando- No sé cuánto más podré soportar este frío. Tengo miedo...- a pesar de no querer preocuparlo, le dije eso ya que realmente sentía que no podía soportar el frío.

En ese momento sólo podía pensar en mi cama abrigada y calentita.

Le seguía abrazándole para darle todo el calor que podía, aunque el tiempo pasaba y las temperaturas iban bajando cada vez más, parecía ser una de las noches más frías de Francia. Y escuchar esas palabras me sentí realmente mal y ya me cansé de estar esperando a que todo se calmara. Al menos iría a buscar algo para calentar a Alissa y que aguantase.

Primero le di mi jersey blanco para ponerme de pie, y sonreirle aunque en verdad estaba teniendo frío eso no importaba en ese momento. Miré por la ventana viendo que no había nada ni nadie fuera del jardín y que poco a poco los ruidos se habían calmado, suspiré aliviado, quizás era confiarse rápidamente pero en nuestra situación debíamos de aprovechar cualquier momento para salir de aquella casa.

Luego me acerqué a ella, agachándome y acariciándole el rostro que parecía estar rojo por el frío: -Nos vamos, Alissa... Todo parece estar calmado... -dije delicadamente acariciándole el rostro quitandole algo de frío a su piel suave.

Le ayude a levantarla para tomarla de la mano sin hacer ruido lo más silencioso que podía ser por esas escaleras de madera algo mal conservadas poco a poco no había rastro de nada, miré el reloj y vi que ya eran la 1 de la madrugada.

Niu notó mi excesivo frío y empezó a quitarse algunos de sus abrigos para dármelos a mí. Protesté débilmente pero no mucho ya que cada vez sentía más frío.

Al cabo de un rato todo pareció calmarse. Estaba realmente preocupada por él porque hacía mucho frío. Al notar él que había calma, se levantó y me pasó las manos por mis heladas mejillas indicándome que era hora de que nos marchásemos. Asentí. Por alguna razón me sentía falta de energías y con mucho sueño.

Tiró de mí llevándome hacia la escalera y comenzamos a bajar, yo seguía su paso como podía. Él me llevaba delicadamente. Sin embargo, sentía que no podía andar. Me mareé un poco cayendo contra su espalda.

-Niu... no... puedo andar...- le dije con un hilo de voz. Intentaba aparentar estar bien para no preocuparle pero en ese momento me era imposible. Sentía como si ese frío hubiera penetrado en mí y no quisiese irse. Y a pesar de mis muchas capas de ropas, seguía teniendo escalofríos.

Íbamos caminando lentamente con cuidado, aunque íbamos con algo de prisa no quería ir muy rápido ya que notaba que estabas cansada y débil. Cuando estábamos a punto de llegar a la planta baja y donde teníamos cerca la puerta principal de entrada y salida, sentí como algo chocaba contra mi espalda, me volteé escuchando la voz débil de ella y como no podía moverse. Entonces fue cuando me preocupé mucho más, tomándola embrazos como una princesa para llevarla.

-Tranquila... yo te llevaré, Alissa... pero por favor aguanta... -dije triste de verla de esa forma. Para así emprender el camino con cuidado hasta la puerta. Una vez llegamos ahí intenté abrir la puerta pero esta no sabía porque estaba cerrada y no se abría, así que le di una patada y dos seguida de más, al final la vieja puerta cedió y sonreí ya estábamos apunto de estar a salvo.

Así salimos de esta y acabé acercándola más a mi cuerpo. En el bosque hacía más frío que en la casa pero no importaba, estábamos llegando ya a la academia, sin perderme, por suerte, pude llegar a la residencia de estudiantes femeninas, encontrándome con la sorpresa de que cerraban las puertas por la noche para que nadie saliese o entrase me quedé mirando a Alissa: -A-alissa... te llevaré a mi dormitorio... no te importa, no?-pregunte dando media vuelta, estaba cerca así que llegaríamos rápido.

Niu me dijo algo que me llevaría a ver que no podía continuar. Sentí un poco de vergüenza pero dejé que lo hiciese. Me cogió como a una princesa entre sus brazos y continuó el camino. Dio varias patadas a la puerta y la consiguió abrir.

Siguió el camino hasta los dormitorios femeninos. Cuando llegamos nos encontramos que estaban cerrados.

-Olvidé que... cierran las puertas por las noches...-le dije sintiéndome tonta por no haberme acordado antes.

Entonces Niu dijo que debería llevarme a su habitación. Yo solo asentía ya que dado la situación que estábamos, no había otra opción.

Llegamos a su dormitorio que no estaba muy lejos. Los de universitarios parecían mucho menos vigilados que los míos, más aún los de los chicos. Entramos en su habitación.

-Niu...-le dije- Creo... que en estos casos lo mejor es darse un baño de agua caliente. Me lo dijo mi abuelo- comenté. Luego con cierta vergüenza, continué- Sé que es algo raro pedírtelo, pero si me dejaras usar tu baño... dadas las circunstancias. No quiero parecer una pervertida ni nada parecido...

Escuché lo que me había dicho del dormitorio y negué con la cabeza: -No importa en serio... a todos se nos olvida a veces cosas como esas, y yo el primero-dije para animarla un poco y así volver hacía mi dormitorio. Al ser universitario no estaba muy vigilado o no al menos a esas horas, eso lo agradecí porque tampoco quería que Alissa tuviese problemas por dejarse llevar al dormitorio de un universitario.

Una vez estábamos ahí cerré mi puerta con llave para que nadie la abriera ni nada, tampoco me gustaba que entrasen gente sin avisarme ni nada. Mire a Alissa escuchando todo lo que me decía y sonreí negando con la cabeza: -No pareces para nada una pervertida, creo que en esta situación si nos hubiese visto alguien o algo parecería yo el pervertido... -respiré profundamente- y la ducha es toda tuya..-me paré a pensar- aunque... no tengo ropa de chica para que te cambies...supongo que eso es un gran problema... no?-pregunté mirando mi armario.

Sonreí ante sus palabras aunque débilmente ya que aún me sentía algo mal. Me dijo lo de la ropa y pensé un poco.

- Si quieres... puedes prestarme algo tuyo. Aunque me esté enorme. Al menos para poderme abrigar-

Dicho esto le pedí permiso para entrar al baño. Era parecido al mío. Llené la bañera con agua caliente y me metí dentro. Me sentí muy aliviada y a gusto. Estuve un rato y mi frío desapareció. Me sentía con energías renovadas. Salí y me di cuenta que con las prisas había olvidado a Niu preguntar dónde tenía las toallas así que solo cogí una que estaba allí colgada y salí a coger la ropa que él me debía buscar.

-Ahora me siento mucho mejor- le dije ignorando el hecho de que iba con la toalla solamente- Gracias-dije acercándome a él y dándole un suave beso en la mejilla. Luego le sonreí. Quién sabía que hubiese sido de mí de no haber estado él allí en la casa abandonada en ese momento.

Sonreí al escuchar eso y asentí: -[color=#c99614]Cierto, buscaré algo de ropa para que te abrigue bien -comenté mientras buscaba en el armario. Le di permiso para que fuera aunque no hacía falta eso ya que para él ese dormitorio era como la casa de los dos, o sea, no le importaba que Alissa se moviera por ella como si fuese su propio dormitorio.

Esperé a que ella acabase de ducharse, le había dejado en la cama algo de ropa aunque sabía perfectamente que el jersey que había dejado le iría enorme, casi de vestido. La imagen de verla vestida con mi ropa me hacía pensar en que era mucho más linda que antes.

Estaba distraído y estornudando un poco, fue cuando escuché la voz de ella. Volteandome me quede embobado mirando como había salido del curto de baño y como me besaba la mejilla. -D-de nada, Alissa... Te deje la ropa ahí ...encima la cama-dije volteandome de nuevo para dejarle intimidad para vestirse, no quería parecer un salido y menos que se incomodase a la hora de vestirse, la idea de que se estuviese vistiendo detrás mio me hizo ruborizar y acabe zarandeando mi cabeza para eliminar esas imágenes de mi mente.

Noté cómo Niu se sonrojaba. Ahora que lo pienso bien… esta situación es algo vergonzosa pero, al ser Niu el que está aquí, no me incomoda. Quizás a él sí ya que apenas llevo la toalla… Medité, pensé que lo mejor sería vestirme rápido.

Me indicó dónde tenía la ropa que iba a ponerme y se volvió. Pensaba vestirme en el baño pero ya que no miraría, lo hice en la habitación. Cogí la ropa que era un jersey claramente suyo. Me lo puse y este me quedaba enorme, me llegaba a la mitad de los muslos y las mangas tapaban mis manos así que las remangué un poco.

-Es algo grande…- le dije-Pero es muy suave y calentito- dije entusiasmada.

Me senté en la cama al lado de él e incliné la cabeza porque estaba vuelto, le sonreí.

Esperé unos largos instantes no quería girarme para molestar a Alissa en que la viese desnuda o semidesnuda. Fue cuando escuché las palabras de ella sonriendo me volteé y me quedé mirando como le quedaba mi jersey, me sorprendí pero quedaba monisima con mi jersey que le iba tan grande: -Me alegra que te sientas bien con él.... -dije aun mirándola atentamente -sabes? estas preciosa-dije sonriendo para voltearme del todo y estar sentado a su lado frente a frente.

-Ya te sientes mejor Alissa? no me gustaría ver que te enfermas o algo -dije acariciándole el rostro, mirándole a los ojos sonriendo tiernamente.

Me dijo que estaba preciosa a lo que yo me sonrojé. ¿De verdad le parecía preciosa llevando un simple jersey que me iba grande? Era tan adorable. Comenzó a acariciarme el rostro preguntàndme si me encontraba bien.

-Ya estoy perfectamente, gracias. Creo que quizás tenía algo de fiebre pero se me pasó con el baño-contesté.

Liego correspondí a sus cariciar aariciándole yo el pelo con cuidado.

-Para ser la habitación de un chico, la tienes bastante ordenada. No es muy diferente de mi habitación, tiene la misma extructura- dije observando a mi alrededor- Por cierto, ¿me enseñarías el dibujo del otro día?- pregunté algo tímida con curiosidad. Tenía muchas ganas de ver el dibujo aún si no estaba acabado.

Me preocupé al escuchar que le parecía que antes había tenido fiebre, así que posé mis labios sobre su frente viendo que no tenía fiebre y eso me hizo quitarme un gran peso de encima. Me separé levemente pero no mucho ya que sentí como acariciaba mi cabello y debía de admitir que era una sensación agradable la que me acariciara el cabello.

Cuando escuché aquello me reí levemente: -Ahora no esta muy desordenada... pero tienes que verla cuando paso las tardes aquí encerrado jajaja-dije sonriendo con cierto aspecto de crio travieso -es realmente un caos cuando sucede eso-acabe riéndome suavemente, me alegraba de que se encontrara en condiciones ahora mismo mi dormitorio. Y era verdad, no me había fijado pero los dormitorios de las chicas tenían la misma estructura por lo visto que la de los chicos.

Sonreí y asentí, ya que tenía listo ya el dibujo en el lienzo. Me acerqué a mi escritorio donde había al lado una lienzo tapado con una tela, lo tome sacandole de encima la tela y se lo acerqué a ella. -Espero que te guste... primero te enseño el que hice mientras estabas despierta-dije sonriendo divertido. Enseñándoselo impacientemente.