Primera noche en las calles (Privado Lance)

Por fin había llegado a esta ciudad, fue hace aproximadamente dos días pero el viaje en avión y todo el movimiento de su nueva residencia la dejaron exhausta, pero después de un día de descanso decidió que estaría lista para comenzar a ver la ciudad que sería su hogar hasta que terminara la universidad o eso es lo que tenia planeado, tal vez si se enamora del lugar podría convertirlo en su nuevo hogar. Una vez que decidió eso llamó a sus padres, para saludarlos y para decirles que todo iba bien. Cuando les comentó sobre ir a visitar la ciudad sola por supuesto que se negaron, diciéndole lo de siempre: Se iba a perder y si veía mucha gente podría comenzar a ponerse mal. En parte tenía razón pero creía necesario el salir, ese sería uno de los tantos pasos para lo que ella consideraría independencia.

Después de acabar su almuerzo decidió salir, así tendría la luz del sol por lo que se sentiría muy segura y al menos las posibilidades de que le sucediera algo como robo o secuestro serían mínimas. Caminando solamente algunos minutos encontró una librería en donde compro una “guía turística” que contenía los lugares que podrían divertirse los jóvenes de su edad. Muchos eran bares o discotecas pero Draba no tenía ni idea de que es lo que se hacía. Trata de recordar que una vez su hermana le dijo que esos lugares habían sido muy divertidos por lo que supuso que estaría bien ir a uno de ellos. La mayoría de ellos estuvieron cerrados pues abrían hasta la noche pero no quería irse sin vivir aquella experiencia por lo que esperó hasta la noche para volver a ir a aquellos lugares llamados bares.

Una vez que la noche se hizo presente pareciera que los lugares cambiaron totalmente. A la luz del día las calles no estaban tan transitadas, en aquel momento incluso se le dificultaba caminar por las calles lo que hizo que se mareara desorientándola aún más. Ahora en su mente no estaba el de encontrar discotecas y bares, ahora era encontrar un lugar dónde no estuviera tanta gente. Logro caminar hasta topar con una pared en donde se recargo tocándole la cabeza- Me siento mareada- Susurro. A los pocos segundos dos chicos se acercaron a ella invitándola a un lugar que de seguro le gustaría, como estaba desorientada aceptó sin saber mucho a lo que tenían en mente. Se podía ver como caminaban con ella hacia un callejón.

Era una noche común y corriente. Como siempre me encontraba transitando por las calles de Versailles en mi BMW M3 negro como la noche. Al detenerme en un semáforo tome mi soda de lima-limón y le di un ligero sorbo, y cunado el semáforo se puso en verde seguí mi camino hasta que me aburrí un poco deteniendo el auto para estacionarlo y caminar un poco por las calles de la ciudad. A decir verdad resultaba un poco difícil caminar por las calles.

Entre a una tienda para comprar un burrito. Salí de la tienda dándole un mordisco a mi burrito lo cual me hizo sonreír. - Rayos, ¿como hacen para hacer estas cosas? - Adoraba la comida rápida, digamos que probarla era un pequeño hobbie que tenía. Estaba recargado de un poste de luz comiendo mi burrito hasta que sin darme cuenta mi mirada se poso en una chica, se veía algo mareada, e iba acompañada de dos chicos.

Seguramente ellos dos habían emborrachado a la chica. Y quizá no debería entrometerme, pero por alguna razón decidí seguirlos. Y cuando deje la bolsa del burrito note como metían a la chica dentro de un callejón, por lo que seguí caminando introduciéndome por otro callejón el cual salía directo a aquel callejón. En el trayecto observe en la basura un trapo viejo, por lo que sin pensarlo dos veces lo sujete dejándolo caer a un charco para humedecerlo. Y cuando llegue a donde concurrían ambos callejones me escabullí en los botes de basura para observar lo que pasaba.

Observe la situación esperando a que aquellos chicos estuvieran totalmente enfocados en la chica, y cuando vi prudente moverme por las paredes para tratar de que aquellos tipos no me observaran mientras que tomaba un extremo del trapo que había tomado con anterioridad y el otro extremo lo sujete con mi otra mano. Me acerque con suma cautela para así quedar de espaldas del tipo que había sujetado a la joven del brazo, ya que a simple vista podía jurar que era el que mandaba sobre el otro.

Al estar a una distancia prudente de la espalda de aquel hombre me decidí y me lance sobre el para que con el trapo estrangularlo mientras que con una mirada fría y relajada le susurre a aquel chico. - Así que intentan propasarse con una frágil señorita, ¿ah?... Muy mal, eso no se hace, ¿sabes? - Hecho esto jale con fuerza el trapo para apretar aun mas su cuello. El trapo era tan largo que logre sujetar ambos extremos con una mano para así jalarlo hacia mi para que soltara a la chica.

Hecho esto le metí una zancadilla para que cayera al suelo y así soltar uno de los extremos y sujetar el trapo con ambas manos y girarlo rápidamente para que el trapo, el cual estaba húmedo, lo usara como un látigo y golpearlo en el rostro del otro chico. Tome con firmeza el brazo de la joven y la jale hacia mi para dejarla a mis espaldas. - ¿Te encuentras bien?... ¿Estos dos no te hicieron nada malo?

Pude escuchar a la joven la cual casi de inmediato se desmayo en mi espalda, por fortuna tuve el tiempo suficiente como para llevarla a la pared y recostarla ahí, en eso escuche como un tipo se acerco a mi e intento herirme con una navaja, yo alcance a esquivar aquella agresión, bueno, casi por completo ya que alcanzo a herirme en mi mejilla derecha. Al instante le correspondí la agresión sujetando la mano que sostenía la navaja y golpeándolo en la cara.

Al instante lo jale hacia otra pared y comencé a golpear su brazo en la pared hasta que soltó la navaja, le golpee su abdomen con mi codo y aproveche para acertarle un puñetazo. El tipo se llevo sus manos a su estomago ya que le había sacado el aire, y cuando estaba dispuesto a patearlo el otro tipo me sujeto del cuello e hizo que me impactara contra la pared.

Bastard... - Le acerté un codazo en el pecho y lo patee fuertemente, cuando estaba derribado comencé a patearlo, en eso observe de reojo al otro tipo y con un tubo de hierro lo golpee en la cabeza dejándolo inconsciente para hacer lo mismo con el otro tipo. Hecho esto me acerque a la chica y la cargue dispuesto a salir del callejón. Una vez afuera me acerque a mi auto y la metí dentro de el dejándola sentada en el asiento del copiloto. Me senté frente al volante y mire a la chica esperando a que reaccionara o diera alguna señal vital.

Pude observar como la muchacha despertaba lentamente de aquel desmayo que había sufrido hace un buen rato, pero a decir verdad, y al verla a simple vista, podía pensar que tenía algo de fiebre, sus mejillas estaban un poco rojas, lo cual me hizo pensar que fue buena idea traerla a mi coche, después de todo si la dejaba afuera tal vez pudo haberse puesto peor.

En aquel momento escuche a la chica y le respondí. - Hehe, si, ¿tu te encuentras bien? - Le pregunte algo preocupado por su salud, en aquel momento escuche que me hablaba de "usted", negué con la cabeza con una leve sonrisa en mi rostro. - No te preocupes por esos tipos, ya les di una lección de como se trata a una señorita. - Reí levemente para luego notar como sacaba un pañuelo.

Estaba a punto de echar mi cabeza hacia atrás al ver que me quería limpiar, pero lo vi como una descortesía mia y decidí dejar que limpiara mi mejilla. - No, no fue culpa tuya... Era preferible esto a que esos tipos te hicieran algo malo. - Cuando termino de limpiar mi mejilla se presento, y al decirme señor volví a reír levemente. - No me hables de usted, me siento extraño cuando me llaman así... Y claro, soy Lance Schneider Ashford... Mucho gusto Draba. - Le sonreí de manera cálida y gentil mientras observaba a aquella chica.

Miraba atentamente a Draba, a decir verdad ella parecía una muchacha la cual, a simple vista, podía casi afirmar que era una chica tímida, por lo que al escuchar su respuesta no me causo ninguna sorpresa, y cuando termino le dije. - Pues... Puedes decirme Lance, es mucho mas sencillo y practico. - Le volví a sonreír de manera cálida y agradable.

Al escuchar aquel agradecimiento de su parte negué levemente. - No tienes porque agradecérmelo Draba, digamos que no me iba a sentir cómodo si no hacia algo por ayudarte... Simplemente dejar que esos tipos se salieran con la suya no era una opción para mi. - En eso escuche algo de un paraguas. - Vaya... Cuanto lo siento, no lo vi, y de haberlo sabido lo hubiera tomado. - Dije algo apenado por no haber notado aquel detalle. - Si, este es mi auto... Pero tranquila, no tienes que salir del auto, yo te puedo llevar a uno. Conozco uno que esta aquí cerca... ¿Te parece bien? - Le dijo sin dejar de sonreirle gentilmente y de manera amigable, después de todo, Draba se veía cansada, y lo mejor era llevarla personalmente a un hospital para que la revisaran.

En aquel momento encendí el auto y lo puse en marcha, afortunadamente había un hospital cerca de aquí, y eso era algo bueno. En eso escuche a Draba decirme que me estaba tomando muchas molestias, por lo que negué levemente con mi cabeza y le dije. - No es molestia... Lo mejor que puedo hacer es cuidarte y velar que te encuentres bien, después de todo, estuviste en una situación difícil en la cual lo mejor es que te revisen para comprobar que te encuentras bien.

Hecho esto note como posaba su mano en la mía, lo que causo que la viera de reojo, estaba sonrojada, y al escuchar aquellas tímidas palabras le sonreí cálidamente, y cuando termino le sonreí mientras asentía con mi cabeza y le dije. - Por supuesto que si Draba, de hecho yo ya lo había pensado. - La mire al detenerme en un semáforo en rojo y le dije. - No te voy a dejar sola Draba, hasta que estes bien... Hecho esto te llevare a donde quieras... Si tu me o permites claro esta.

Mientras conducía escuche aquel comentario de Draba, el cual me hizo sonreír levemente. - Descuida, estaré ahí hasta que sea necesario. - Le sonreí de nueva cuenta para luego escuchar una melodía de Mozart, al parecer provenía del celular de la muchacha, eso me sorprendió un poco, no a cualquier chico o chica de nuestra edad le gustaba esa música, por lo que me causo algo de alegría.

Pero de la nada mi sonrisa desapareció al ver la reacción de la chica al contestar su teléfono móvil, se veía nerviosa, la voz que provenía del celular parecía ser de una mujer, y aunque no escuchaba con claridad lo que decía, de algo estaba seguro, se escuchaba molesta, pero bueno, era en algo que no me debía meter, por lo que cuando colgó su teléfono y al escuchar aquel comentario me sonroje un poco al haberme nombrado como el chico que la había salvado. - Hehe, muchas gracias por pensar eso de mi, y no te preocupes, no pasa nada... Digamos que estoy acostumbrado a las discusiones, por lo que te puedo asegurar que se lo que se siente.