Sonata de media noche [Priv]

Mediodía y faltaban unas horas para que las clases terminaran mas sin embargo, Gray, estaba aburrido de tener siempre la misma rutina de todos los día o al menos desde aquel día con Alice. Esperaba que el sábado llegara lo más rápido posible pero por lo demás, estaba tranquilo aunque no tanto después de la reunión con sus hermanas, suspiró ante ese recuerdo. Se encontraba sentado mirando hacía el exterior tras la ventana, no estaba de muchos ánimos para darle importancia, hoy, a la clase. Quién sabría por qué razón.

Y así pasó todo el día distraido, como si estuviera en otro mundo, no pensaba en nada realmente hasta casi se podía jurar que tenía la mente en blanco; poco después, el timbre había sonado indicando la hora de salida. Todos los alumnos fueron saliendo pero el peliazul aun seguía sentado y con la vista perdida hasta que alguien le tocó el hombro - Gray, ya es hora de salir - Era el profesor quien le avisaba que podía irse, el chico asintió y se fue después de despedirse de su mentor.

Los estudiantes aun deberían estar en sus clases mientras los universitarios salían unas horas antes que ellos, eso le recordaba algo, aunque ahora que estaba un poco más aquí que allá podía acordarse que pronto las mismas clases se acabarían y el verano empezaría. Eso en cierto modo, le daba algo de tranquilidad y él sabía el por qué pero por los momentos iría a un lugar donde nadie le molestara. Hoy tenía la intención de llegar a su casa un poco más tarde de lo usual, fue a la biblioteca para hablar con la ayudante de allí, la conocía de unas semanas atrás a lo cual le pidió cierto objeto que necesitaba utilizar y que en ocasiones se lo pedía.

Gray estaba consciente que no podía quedarse hasta tarde en la academia según las reglas pero sabía arreglar ese pequeño detalle. La noche había caído sobre Versailles y el joven universitario ya estaba en la azotea con el instrumento que había pedido en la biblioteca, se encontraba preparando tal objeto mientras el manto oscuro de la noche teñía el cielo.

Se acercó a la valla de protección para no caer hacía el vacío y de allí pudo contemplar gran parte de la ciudad, su mirada se entornó hacía el cielo y como el mismo se posaba en lo alto impregnado por pequeños puntos blancos que titilaban su brillo, las estrellas. Fue entonces cuando, manteniendo su mirada hacía la ciudad, dio un breve puntéo que reprodujo una leve vibración en el ambiente, sin embargo, los siguientes formarían una tonada que duraría lo que fuese necesario.


Cada toque hacia cada cuerda, provocaba una melodía entre la nostalgia y la melancolía pero eso no era lo que el chico sentía o quizás no en ese momento. Tal vez quería expresar algo hacía la nada, sabía que al estar solo podía mostrar lo que era más allá de ese caráter frío que la mayoría de las veces suele tener y mostrar. Era posible que esa melodía fuese de algún recuerdo de un momento pasado, quizás quería deshacerse de aquello ahora que tenía una nueva oportunidad para no ser tan gélido con las personas. Sus dedos tocaban cada cuerda como si fuese un trazado a pincel, tal cual como si estuviera pintando un recuadro.

La palabra que podría describír eso sería la sutilidad con el cual movía sus manos y a la vez con gracia, había estado practicando un buen tiempo para solo, únicamente y nada más que reproducir aquella melodía. Poco a poco el sonido fue callando hasta que dejó de escucharse y Gray terminó de soltar un suspiro mientras dejaba la guitarra en el suelo, apoyada en la valla. El peliazul alzó sus manos y se aferró de cada metal de la misma mientras sus orbes marinos contemplaban la ciudad iluminada. Su mirada reflejaba un vacío pero también reflejaba algo más que hasta hace poco lo pudo obtener, eso en cierto modo le hizo sonreír hasta que sintió algo más tras suyo.

Se quedó unos instantes tratando de adivinar que era lo que estaba tras de él, ahora que lo pensaba pero que no se había percatado, era que durante todo el momento que anduvo tocando había algo más en el ambiente que también se estaba sincronizando con sus puntéos a lo cual no se había dado cuenta. Giró lentamente sobre sus talones quitando sus manos de la valla y finalmente quedar de frente, sus ojos se abrieron más de lo debido al encontrar a una niña cerca de la entrada de la azotea con un violín en mano - Así que había sido eso - Reafirmó su principal idea al ver que aquella joven le había acompañado durante aquella melodía.

Aunque le pareció extraño que una fémina como aquella estuviera ahí y más aun por ser una estudiante, la reconoció por su uniforme. Pero Gray no sonrió ni dijo palabra alguna en el momento que la vio mas sí se quedó observando como aquella chica de cabellos dorados, cual oro, reproducía aquella hermosa tonada que surgía del violín, mucho más que con la guitarra. Después de todo, el sonido de aquel instrumento era mucho más fino que el que tenía Gray, una brisa ligera pero tan gélida como el corazón del peliazul; pasó en ese momento meciendo el cabello oscuro del chico.

Su mirada reflejaba cierta expectación ante la joven y en cierto modo, esa manera de tocar le llamaba la atención y más aun el que hubiera toca la misma canción del chico - No creo que éstas sean horas para que una niña ande fuera de su casa - Su voz se pronunciaba con suavidad y respeto pero con ese tinte frío que siempre le carácterizaba, su mirada penetraba en los ojos cristalinos de la muchacha como por igual haría a cualquier otro. Su mirada -valga la redundancia- se fue hacia abajo, directo hacia la guitarra que estaba a su lado y luego, por el rabillo del ojo, la misma se fue hacia ella.

Aunque puedo notar que toca bien el violín, merece mi respeto - Hizo una leve reverencia ante la habilidad de la joven, solamente porque aquella canción era la misma que él había tocado y casi que de forma sincronizada, aparte, que era la que había preparado durante algún tiempo y la perfeccionó hasta más no poder por si solo. Volvió a colocarse de pie y a volver a su postura normal - Y eso le va bien con su belleza - A pesar de ser tan fría su manera de ser, eso no quería decir que fuese arrogante sino, que su manera de hablar, pensar y actuar, en resumen, expresarse, era directa y seria algo que no a muchos le gustaban y terminaran por alejarse.

[No te preocupes]

Entonces giró de nuevo con la vista a donde anteriormente, antes de voltear a ver a la joven, estaba concentrado y volviendo de nuevo a lo que estaba pensando. Sin embargo, la última frase de la jovencita provocó que por reflejo Gray volteara, ligeramente, su rostro hacía atrás - Depende de tu definición a lo que se refiere hermoso, muchas cosas lo pueden parecer pero no todas son a lo que en realidad muestran. Por ejemplo puedes explicar que el arte es algo hermoso pero ¿Puedes ver más allá de ese simple concepto? - Palabras y pregunta curiosa la que formuló el peliazul a la rubia.

No obstante quería saber la opinión de la joven, la razón era, por el toque a su violín y a las palabras con la cual se expresó del lugar, quien le gustara el arte sabría a que podría referirse. Gray no era amante a la música ni a las artes plásticas, él iba por otro camino pero lo consideraba algo similar - Y descuida, no me incomodas... las personas que se expresan de cualquier forma, sin importar las opiniones de los demás, son las que más puedo compartir mis ideales - Su gesto, dando la espalda a la recién llegada, era neutral mientras observaba el horizonte.

Para que una noche sea bella, eso no equivale a como lo veas, normalmente se piensa que puede ser lo mejor cuando las estrellas y la luna brillan en su máximo esplendor - Agregó - Pero eso es un pensamiento equivocado, para que el momento se hermoso uno debe sentirse en sincronía en ese instante, en ese lugar ¿Qué sientes ahora? - Su voz se escurría entre sus labios y viajaban como ecos por el lugar, se pronunciaba como un susurro y terminaba en apagarse como un fantasma. Gray se inclinó un poco y tomó la guitarra para luego girar y por fin, para contemplar a la rubia.

En ese momento, una serie de nubes ocultaron la luna dejando todo a oscuras que ni siquiera las estrellas se podían observar desde donde aquellos dos chicos se encontraban - ¿Puedes catalogar este momento de tinieblas como algo hermoso? - Tal cual como la sombra cubrió ese sitio, así mismo se esfumó dejando a la luz blanquecina de aquel astro nocturno iluminar de nuevo, el cabello del chico brilló con su tono azulado característico. Sus ojos adpotaron esa luminosidad sumando la brisa tenue en el ambiente, el susurro del mismísimo viento mecér la melena azul que poseía.

Ahora que regresó la luz ¿Puedes notarlo? - Finalizó. Su principal idea era encontrar a alguien con el cual realmente pudiera darse a entender, pero era difícil y casi hasta imposible saber quien era la persona correcta con el cual estar. Suspiró y luego volvió a girar.

Eso depende de cada quien... - Respondió con claridad ante su respuesta, sabía que con ello no era una chica como cualquiera de las que no se te podría entender lo que pudieras decir. Lo más probable y reafirmando lo pensado, es que fuese una clase de joven especial, de aquellas que ven las cosas más allá de lo que se ve con los ojos humanos. Lo más interesante es que viera con los ojos del alma ya que son con los únicos que puedes ver las cosas que no se ven, Gray de cierta forma podía percibir cada cosa a su alrededor de una forma peculiar. Él tenía su propio estilo y uno muy diferente para entender todo aquello.

Belleza, tú dices que es una palabra que define el sentimiento hacía alguien o algo, ¿Se le podría catalogar como amor?... Si yo te digo bella ¿Estaré enamorado de ti? - Gray dirigió su mirada hacía el cielo estrellado donde cada una de las constelaciones se podían apreciar, cada una tenía un significado distinto y eso dependía de como se valorara - Eso varía según la persona, la belleza puede definir un sentimiento, una moda, una persona o cosa, hasta me atrevo a decir que al arte - Volteó hacía la desconocida y recostar su espalda a la valla, si la misma no aguantara el peso del peliazul, se doblaría y por consiguiente y el chico caería.

Pero... ¿Qué es el arte? No es más que un concepto abstracto que lo asemejan con la belleza, pero la gente está equivocada, el arte expresa el sentimiento que llevamos por dentro en ese mismo momento, en ese instante - Suspiró y comenzó a dar varios pasos hacia la rubia. Cada pisada retumbaba como un sonido seco en la azotea y acababa como un leve murmullo - El arte se puede expresar de miles maneras, hace rato lo hice, tú lo hiciste ¿Qué dije antes? ¿No fue el sentir del humano? Esto... - Y acabó frente de ella - Me dice que... ¿Acaso poseemos el mismo sentimiento o tan sólo fue una coincidencia que hayamos tocado la misma melodía?

Volvió a mirar al cielo, alzando su cabeza para dirigir aquellos orbes abismales a la luz tan blanca y pura de la luna, sus ojos se iluminaron como si antes jamas hubiera sucedido. El frío, aquel gélido sentimiento y sensación que envuelven a las personas estaba impregnado en el ambiente siendo revelado por un viento que lo desechaba. El cabello azul, tan oscuro como el océano nocturno, se agitaba suavemente al son de la brisa. La mente de Gray era realmente un mar de misterio y desolación, siempre había sido así pero nunca llegó a demostrar algo tan profundo como en aquellos instantes.

Su mirada regresó de nuevo a la recién aparecida para entrelazar dicho símbolo con la ajena mostrando una suave y ligera sonrisa, por primera vez en la noche. Esto significaba, para él, que al menos existen personas no tan ordinarias en ese pequeño planeta que llaman tierra, ya él y sus ideales no se encontraban solos porque quizás ella también compartiera el mismo pensamiento aunque con una senda diferente - ¿Tu nombre es...? - Dejó un espacio vació para que la desconocida se diera a presentar.