Llenando la nevera (cerrado)

Tras finalizar las clases ese día, había llegado el momento de regresar a casa. Kaoru preparó algo ligero para comer, porque a decir verdad, no había mucho donde escoger. El frigorífico estaba prácticamente vacío. Daniel había comprado algo el día anterior, pero su cálculo sólo había sido para la cena del día anterior, cuando ella llegó, y para la comida de ese día. Tras echar un vistazo por alguno de los armarios de la cocina, Kaoru llegó a la conclusión de que había que ir de compras. Después de comer, mientras Kaoru recogía los platos para fregarlos, se dirigió a Daniel y le habló en tono cariñoso.- Amor.. Creo que deberíamos ir a hacer algo de compra.. no queda prácticamente nada en la nevera, y , ahora que somos dos, creo que deberíamos replantear eso.. te parece que después de recoger todo esto, haga una lista, y nos vayamos a comprar a algún supermercado? bueno, tendrás que indicarme tú, porque yo todavía no conozco bien la ciudad..

Habían salido de clase y ese día le habían dado libre en el Legend, un día normal de entre semana no había mucha gente y menos en la tarde así que el jefe se lo había ofrecido y él aceptó encantado. Ese sería el primer día como prometidos y casi como marido y mujer que iban a pasar, era algo que necesitaban. Entraron en la casa, Daniel se dijo que debían crear una segunda llave para Kaoru pues no se había dado cuenta de ese pequeño matiz. Vio como iba de aquí para allá buscando cosas para hacer la comida, suspiró pesadamente. No se había dado cuenta de ese pequeño y gran detalle.

Una vez terminaron de comer y habiendo ayudado a Kaoru en la limpieza de la mesa oyó lo que ella decía asintiendo. – Creo que tienes razón, no me di cuenta de que había comprado poca comida. La verdad es que estas tres semanas han sido tan extrañas que se podía decir que solo compraba cosas para la comida ya que el resto del tiempo lo iba haciendo a la marcha o fuera de la casa. – Se encaminó a la habitación para cambiarse de ropa, y en unos minutos llegó con ropa de calle, como siempre en él casi provocativa. Su camisa blanca con dos botones desabrochados dejaban ver su piel algo morena y unos pectorales ligeramente marcados gracias a las artes marciales y la esgrima que desde pequeño había echo y unos pantalones de pinzas color negro. – ¿Nos marchamos? – Preguntó con una sonrisa medio pícara en sus labios. – Sino nos cerraran.

Una vez fuera de la casa Daniel cogió de la mano a Kaoru, con una sonrisa dulce en sus labios, llevaba una cazadora de cuero cubriéndole el pecho, lo que hacía que nadie viera nada de su vestimenta. – Hay un supermercado cerca de aquí, pero además hemos de ir a hacerte una llave para ti ya que no me di cuenta y no la hice antes.

-Una llave para mí...? claro..yo tampoco me había percatado de eso...la falta de costumbre supongo.- La muchacha habló con tono dulce y gesto sonriente, aferrándose al brazo de Daniel con el otro brazo y cargando ligeramente el peso de la cabeza en su hombro. La gustaba mucho caminar así. Mientras se dirigían al supermercado, Kaoru pensaba en el hecho de que ahora estuvieran prometidos. Tendrían que hablar un día acerca de fechas y demás. Una boda lleva muchos preparativos, y algunos hay que hacerlo al menos con uno o dos años de antelación. Tendrían que esperar a que terminaran los estudios, pero no quedaba demasiado para eso, y si bien no comenzarían a mirar cosas hasta que ese curso no terminara, al menos quizá deberían tener en mente una fecha. A kaoru le hacía ilusión que fuera un día cómo el que se conocieron. Kaoru lanzó una mirada risueña al muchacho y esbozó una sonrisa.

- Quien iba a decirme a mí cuando nos conocimos, que terminariamos de este modo..- sus ojos estaban iluminados por el recuerdo de aquellos días.- Aún recuerdo a la perfección, el día que te conocí...yo tenía una tristeza inconsolable, y tu hermana la pobre, trataba de animarme cómo podía. Fuimos a la barra a pedir algo y de pronto apareciste tú...con una enrome sonrisa en el rostro, y una camisa blanca con dos botones desabrochados..estabas tan guapo.. Recuerdo que me dijiste un piropo..y engolaste la voz y todo.. La sóla idea de pensar de que alguien cómo tú pudiera estar intentando ligotear conmigo, consiguió arrancarme una sonrisa.. pero enseguida deseché esa idea y pensé que sólo querías ser amable, a fin de cuentas porque iba alguien tan guapo a fijarse en una chica tan insulsa cómo yo.. y además con una cara tan triste.. pero lo cierto era que me habías impresionado..ya no pude dejar de pensar en tí...y cada vez que veia a tu hermana o iba a tu casa, esperaba que en cualquier momento entraras con esa sonrisa aunque sólo fuera para decir hola...eso ya hacía que me animara mucho.. Aunque después... tuve que hacer un gran esfuerzo para que no se notara que me gustabas....- La muchacha hizo una pausa para mirar amorosamente al joven.- Tenía miedo que te enteraras de ello y que eso te incomodara y comenzaras a evitarme...por eso aquel día en el aeropuerto, cuando me robaste aquel beso....yo..me sentí tan feliz......por cierto.. te has fijado que en todos nuestros momentos importantes ha habido un aeropuerto?

Arqueó la ceja mirándola de manera incrédula. – ¿Que no te habías percatado de eso? Pero vamos a ver Kaoru, como ibas a entrar en casa si yo no llegara contigo un día por lo que fuera. – Meneó la cabeza de izquierda a derecha, mientras ponía una dulce sonrisa. – Al final, un día nos caeremos. – Rió divertido ante lo que había dicho aunque era algo cierto, pues no tenía estabilidad al ir cogido así con Kaoru.

Kao-chan creo que tendremos que hablar de algunas cosas sobre…bueno, sobre la boda y demás…Aparte...Bueno, aparte, he de pedirle a tu padre tu mano como debe ser. Además que tendremos que pensar donde queremos hacerla y como y… - Daniel se rasco la cabeza mientras se ponía colorado. - …Eso tendrías que haberlo dicho tu y no yo… ¿Verdad? – Preguntó mientras miraba con amor a su prometida

Nadie nos hubiera dicho que aquel día fuera el comienzo de nuestra vida. Pero ese día marcó un antes y un después en la mía y desde ese momento solo deseaba estar a tu lado. – Contestó dándola un beso en la frente. – Me gustaba verte en mi casa con mi hermana, mirarte como estudiabas, cuando pasaba por delante de la habitación. Estabas tan guapa y yo… - Suspiró. - …En aquella época pensaba que nunca serían correspondidos mis sentimientos. Que aunque mi hermana me lo decía debías ser la chica más popular de todo el instituto y … Bueno, ya sabes como fue todo antes de aquel día en el aeropuerto… - Se quedó pensativo un momento, echándose a reír de pronto. - …Es verdad, nuestros mejores encuentros fueron en aeropuertos. Aunque uno de ellos es el que recuerdo con mas intensidad… ¿Te acuerdas de cuando nos íbamos a ir a España ambos? Aquél día fue maravilloso. – Se paró junto con la chica y la dio un beso dulce en los labios. – Ahora vayamos a comprar. – Guiñó un ojo mientras la cogía de la mano y entraban los dos al supermercado

Kaoru sonrió mientras apretaba la mano de Daniel. Desde luego que se acordaba. Antes de todo aquello su vida había sido un infierno durante los meses que habían estado separados. Incluso hasta había perdido peso, y eso en una persona delgada cómo ella, lo hacía aún más evidente. Ambos habían acudido al aeropuerto para irse a España por dos motivos bien distintos, si bien el fondo era exáctamente el mismo. Ella creia que Daniel realmente ya no la quería ya que sus esfuerzos por aclarar la situación habían resultado desastrosos, y por ello había decidido marcharse para siempre de japón e iniciar una vida nueva en España, aunque eso signifiacara una vida infeliz, pero el estar cerca de Daniel y no verle a su lado era algo más de lo que podía soportar. Daniel se marchaba porque había malinterpretado una escena que había visto entre Kaoru y el prometido de su prima, y había llegado a la conclusión de que Kaoru le había olvidado y que iba a casarse con aquel sujeto con quién la había visto, y incapaz de soportar la idea de que Kaoru pudiera estar con otro hombre que no fuera él, decidió regresar a su país natal y no volver nunca. Al final, los dos se encontraron el mismo día y dispuestos a tomar el vuelo hacia el mismo lugar, y huyendo de lo mismo: el hecho de que pensaban que el otro ya no les quería. Sin embargo aquello fué el principio de su felicidad, ya que allí finalmente pudieron aclarar todo y darse cuenta de lo estúpidos que habían sido. Aquel día renovaron sus sentimientos y reforzaron su amor, regresando de nuevo la sonrisa a sus rostros y la alegría a su corazón, que durante varios meses les había sido negada.


Ahora todo era distinto. Habían madurado, su amor se había vuelto inquebrantable, y sabían que sería así hasta el fin de sus días, pues ninguno era capaz de imaginar su vida sin la presencia del otro.

Al entrar al supermercado, Kaoru buscó por un carrito para ir echando la compra. Estaba ilusionada por hacer algo cómo eso juntos. Seguramente era algo muy simple, pero para ella compartir algo así con Daniel, era algo especial, ya que cosas cómo esas solían hacerlas los matrimonios.. y ellos dentro de no demasiado tiempo, uno o dos años quizá, serían uno más de tantos.- He hecho una lista.. con todo lo que necesitamos.- Kaoru miró a Daniel y le dedicó una sonrisa- Se que esto es algo muy habitual, pero aunque no sea una cita ni nada parecido.. me hace mucha ilusión poder compartir esto contigo.. casi es cómo.... cómo si estuvieramos...- Se ruborizó ligeramente y no terminó la frase. Simplemente miró a Daniel con ternura y dejó que sus ojos se perdieran en los del muchacho.

¿Casados? – Fue una pregunta mas retórica que otra cosa ya que realmente es como si ya lo estuvieran. – Pero si ya lo estamos Kao-chan. – Dijo mirándola a los ojos perdiéndose por unos segundos en los de la chica. – Quiero decir que aunque no tengamos los papeles ni estemos unidos por la iglesia, vivir juntos significa eso y para mi es lo único que importa. – Continuó diciendo mientras cogía él el carrito y se encaminaban a la línea de cajas y así entrar del todo.

Miró alrededor buscando que era lo primero que debían comprar ya que no había de nada. – Emmm, que crees tú que deberíamos hacer…por donde empezamos?

Cuando Daniel dijo aquello, a Kaoru la recorrió una sacudida eléctrica por todo su cuerpo. A pesar de que ahora estaban prometidos y que Daniel le había pedido que se casaran, Kaoru no tenía ni idea que realmente su nivel de compromiso fuera tan grande. Ella ciertamente también lo sentía de aquel modo, pero no pensaba que también él lo viera de aquella manera. Quizá era porque siempre había pensado que los chicos se tomaban eso menos en serio. Aquel pensamiento llenó un instante la mente de Kaoru, lo que la dió alas para continuar con lo que estaba fraguándose en su cabeza. Quería hacer algo especial, darle una sorpresa a Daniel, y corresponder y agradecer de algún modo todo este tiempo de felicidad que su compañía y su infinito amor la habían brindado. Quería dedicarle un día sólo para él, algo que fuera romántico y que supusiera el punto de inflexión entre la vida de antes y la que acababan de comenzar. Sería el punto y aparte, y tendría que hacer que fuera inolvidable para él. Tenía algunas cosas pensadas y una idea en mente, pero aún tenía mucho por hacer y sin conocer demasiado la ciudad, no sería tarea fácil, pero si todo salía bien, esperaba que aquella fuera algo que ninguno de los dos olvidaría en mucho tiempo.

Tras ese breve lapso, Kaoru abrió el papel que tenía en la mano y comenzó a leer..- a ver.. leche, huevos, harina......pasta, arroz..pollo...- observó la lista de arriba a abajo.- tenemos que comprar bastantes cosas... espero que no nos resulte demasiado caro..intentemos ceñirnos a la lista.. aunque- dijo mirando a Daniel de forma traviesa- quizá haga alguna excepción y deje que te compres algún dulce.. hay algo que te apetezca probar? chocolate? helado?

La miró y sonrió de manera pícara. - A ti. - Dijo mientras paraba el carrito y le quitaba de manera delicada el papel leyendolo lentamente. - Bien, tenemos las verduras y las frutas por ese lado. - Señaló a lo lejos en diagonal hacia la derecha. Siguió leyendo detenidamente. - La carniceria y la pescaderia están por ese otro lado. - Volvió a señalar pero en sentido contrario. Ya que parecía que casi estaban a la par. De nuevo bajó la mirada al papel. - Como puedes ver la leche esta aquí. - Señaló cerca de ambos. - Y el resto.... - Se encogió de hombros sacando la lengua. - No lo se

Devolvió el papel a Kaoru, mirandola con dulzura. - Bien princesa, ¿por donde empezamos? - Se apoyó en el carrito esperando la respuesta de la chica, mientras iba esperando a que ella decidiera y ademas pensando que dulce cogeria.

Kaoru posó el dedo índice en su mentón, mientras pensaba por donde comenzar.- Hummm... creo....que lo mejor es ir hacia uno de los extremos, y desde ahí, ir recorriendo cada pasillo hacia atrás, para asegurarnos de no dejarnos nada. También tendremos que comprar cosas de perfumería.. y tú supongo que necesitarás gel de afeitado.. los refrigerados y los congelados lo dejaremos para lo último, porque sino...igual no llegan a casa...-

Cuando kaoru pronunció la palabra 'casa' sonrió interiormente. Jamás aquella palabra le había parecido que tuviera tan buen sonido. Si.. ahora aquella palabra implicaba que era su hogar, el lugar que ambos compartían, de Daniel y de ella.

Mientras se dirigían hacia uno de los extremos del supermercado, Kaoru pensó en su querida amiga Natalia, la hermana de Daniel. No había tenido oportunidad de hablar con ella por teléfono desde hacía unos días, y lo cierto era que se moría por contarle lo de su compromiso con Daniel, aunque casi con toda seguridad, ella ya lo sabía. Ambos hermanos tenían una conexión especial, y a veces sólo con mirarse, o ni tan siquiera eso, sabían lo que pensaba o intentaba hacer el otro. Seguramente en su última charla con su hermano, esta habría intuido las intenciones de este, o incluso puede que hasta que fuera ella quien tuviera la idea de que aprovechara el hecho de que se fueran a vivir juntos para declararse.

una sonrisa de orgullo se dibujó en el rostro de la muchacha cuando al pasar cerca del pasillo de los lácteos, unas jóvenes se quedaron mirando descaradamente a Daniel, estudiándole de arriba a abajo. Kaoru se acercó más a él y las miró de reojo, mientras rodeaba a su 'hombre' por la cintura amorosamente, cómo indicándolas que era propiedad privada, pero lo cierto era que le había hecho gracia. Ciertamente era lógico que Daniel llamara la atención. Era muy alto y su atlético cuerpo no pasaba desapercibido ni siquiera aunque llevara abrigo. Aparte, su exótica apariencia por su mitad japonesa, y el tono bronceado de su piel, hacían que fuera todavía más llamativo, al igual que profundo oscuro de sus ojos. Daniel era muy guapo, y resultaba muy atrayente para las mujeres, e incluso para algunos hombres, eso lo sabía Kaoru a la perfección, pero su alma y su corazón le pertenecían a ella, y eso era algo que también sabía, pues Daniel se lo había demostrado muchas veces a lo largo de su relación, y ahora que estaban prometidos, ese sello de entrega, sería aún más fuerte. Asi que aquellas mujeres, podrían mirar lo que quisieran, pero sería lo único que podrían hacer, mirar. Daniel era suyo, y no habría fuerza en este mundo ni en ningún otro, capaz de cambiar eso.

Asintió cogiendo de nuevo el carro y encaminándose hacia donde estaba la leche, cogiendo varios briks de leche y metiéndolos en el carrito. Hizo un recorrido mental mientras iban avanzando, para ver como lo hacían más cómodos. Fueron por cada pasillo, cogiendo lo que necesitaban y ambos con sus pensamientos en otra persona. Sonrió con dulzura al recordar a su hermana. Tendría que llamarla pronto para conversar con ella, quería ser el primero en decirla que ya se habían prometido, que había echo lo que realmente deseaba ella y que esperaban poder tener la boda en Japón con todos. Que al final todo sería como ella había dicho. Siempre había sido la que había confiado en ellos, en el amor que ambos sentían.

Se paró un momento quitándose la cazadora. – Hace demasiado calor en este lugar, o tal vez ya llegó el buen tiempo. – Susurró mientras dejaba su cazadora en el carrito. No se solía dar cuenta de una cosa, y es que por su complexión y el tener siempre dos botones de sus camisas desabrochados hacia que muchas chicas se quedaran bastante alucinadas. Miró de nuevo hacia delante viendo a dos chicas, la sonrió con dulzura volviendo la mirada a Kaoru. – Kao-chan ¿donde ahora? ¿No decías que querías ir a la perfumería? – Volvió a mirar hacia delante intentando localizar donde estaba, y cuando finalmente lo vio se encaminó allí. El problema que tenía Daniel era que jamás se daba cuenta de las cosas, tal vez ese era en parte su atractivo. Podía llegar a tontear pero cuando aparecía su ángel ya no existía nadie más. Notó como Kaoru le cogía de la cintura y sonrió divertido así que era eso. Bajó su rostro a la altura del de la chica y le dio un profundo beso, mirando de reojo a las otras.

Ya hemos terminado de jugar. – preguntó mientras continuaba con el carrito y con Kaoru cogida de la cintura. – Nos caeremos si sigues así. – Volvió a decir mientras la guiñaba un ojo

Kaoru sonrió y le sacó la lengua burlonamente mientras le daba una cariñosa palmadita en la espalda. -No me digas que un hombretón fuerte cómo tú puede perder el equilibrio con tan poquita cosa..- rió de forma traviesa, para luego mirarle con dulzura. La muchacha dejó su abrazo para acercarse a una de las estanterías y echar algunas de las cosas que allí había mientras miraba con atención la lista. -vale.. de aquí está todo.. vamos ahora por allí, necesitamos tomate frito, aceite, papel de cocina.. y de allí nos iremos a la perfumería que he visto que está al lado.. o.. si prefieres, mientras yo voy a por champú y gel de baño, tú puedes ir metiendo en el carro el tomate el aceite y el papél de cocina. cuando termines vienes a buscarme. - Tras decir eso, la muchacha se puso ligeramente de puntillas y le dió un dulce beso en los labios.- Es.. para que no me eches de menos mientras tanto.. -

Esbozó una sonrisa y luego se dirigió a la sección de perfumería a por lo que necesitaban. Se le había olvidado si Daniel necesitaría gel de afeitado, pero por si acaso lo echaría. Desde lo lejos mientras buscaba el champú, miró a Daniel con disimulo. Le gustaba observarle sin que él la viera, Seguramente de no ser porque eran pareja, ella buscaría el modo de llamar su atención. Al menos todo lo que su timidez la permitiera. Ya no pudo evitarse fijarse en él cuando le conoció, por lo que seguramente ahora sucedería lo mismo.

Sonrió para sí, y algo ruborizada, volvió de nuevo a mirar entre los champús. Fué a agarrar uno que le pareció bien de precio, cuando sus dedos tropezaron con otros ajenos a ella. Los retiró con rapidez y al mirar a quién pertenecían, se encontró con un atractivo joven de intensa y cerúlea mirada que la observaba con una sonrisa. Kaoru sonrió tímidamente y se disculpó.- Lo siento.. no me he fijado. El muchacho amplió su sonrisa y la habló más de cerca.- Una muchacha tan bonita no necesita disculparse.- El chico agarró el champú y se lo alcanzó.Kaoru hizo un gesto de agradecimiento y tomó el champú algo titubeante. El chico volvió a dirigirse a ella.- Podría saber el nombre de tan bella dama? Kaoru abrió los ojos ante lo inesperado de aquella pregunta. - Eh.. yo.. lo siento.. pero.. tengo que terminar de comprar.. ha sido muy amable por el champú..- Dicho estó se dió media vuelta y continuó comprando, mientras el muchacho la observaba alejarse. Kaoru mientras tanto respiró algo aliviada. Esas situaciones le resultaban incómodas, por lo que rezó interiormente para que el chico se quedara donde estaba y no insistiera. Luego volvió la vista hacia el pasillo donde estaba Daniel buscándolo.

Daniel ya había cogido todo lo que necesitaban y se fue encaminando a la perfumería. Casi al lado de ese lugar comenzó a buscar a Kaoru. Durante unos segundos no la vio pero de pronto notó como un chico la "abordaba". Cerró la mano en el carrito, pero se quedó quieto. No debía hacer nada y provocar algún altercado y mas cuando estaba su novia allí.

Al ver como la chica se zafaba de él de una sutil manera respiró aliviado e hizo como si llegara en ese momento. - Kao-chan, estoy aquí. - Dijo alzando la mano y con una sonrisa dulce. No iba a mostrarle que estaba enfadado con ese tipo. - Ya cogí todo lo que necesitabamos, ya cogiste lo que querias de allí. - Indicó donde estaba la perfumería.

Kaoru respondió afirmativamente con la cabeza, en parte azorada por la embarazosa experiencia que acababa de tener, y en parte aliviada porque Daniel estaba de nuevo a su lado. Ahora aquel chico si tenía cualquier intención de abordarla de nuevo, la presencia de su 'chico' la habría hecho desaparecer.
La muchacha echó lo que llevaba en la mano en el carro, y posó esta sobre el carro, justo encima de una de las manos de Daniel dándole un beso. Si quedaba alguna duda de que ella era 'propiedad privada' ahora seguramente sería despejada.

Vayamos ahora por aquel pasillo.. tenemos que comprar también cosas de limpieza.. después algo de fruta y luego lo que sea de refrigerado y también el congelado..ah.. y tú caprichito..ese también. si es que has pensado ya, que es lo que quieres..yo ya tengo pensado lo que voy a comerme..pero no te pienso dar.. -La muchacha sonrió de forma traviesa, para después mirarle con dulzura. Acababa de acordarse de algo.. que haría de comer para el día siguiente?- por cierto...mañana comerás en casa?

Aceptó ese beso con demasiadas ganas y ansías. Si alguien le hubiera visto mirar de reojo hacia la parte de perfumería se hubiera dado cuenta en seguida del porque. Ese tipo molesto todavía estaba mirándoles y esto hizo que Daniel se sintiera bien.

¿Y esto? - Preguntó casi por decir algo, aunque sabía muy bien el motivo. - Espero que tengas algunos mas reservados para casa. - Dijo en tono pícaro. Aunque se puso algo mas serio cuando Kaoru empezó a hablarle y decirle lo que les faltaba por comprar. - Bien, vayamos por aquí. - Volvió a decir, mientras cogía el carrito de nuevo y se encaminaba hacia la sección de frutas y verduras. - Mi capricho eres tu ya lo sabes mi amor. - La miró con ternura. - Pero hoy me gustaría tomar fresas con nata. ¿Te apetece?

Ya estando cerca se paró mirándola. - Mañana si como en casa, tengo trabajo pero estoy en la jornada de la tarde así que me tendrás contigo todo el día.

Kaoru sonrió al escuchar que comería con ella. Por muy poco tiempo que pasaran separados, a ella siempre le parecía demasiado. Tras el comentario del muchacho, Kaoru miró hacia los lados. La frutería no estaba lejos, y la idea de las fresas con nata era muy tentadora- Así que fresas con nata... me gusta la idea.. vayamos entonces por aquí.. la fruta está justo tras aquel pasillo.- Después se acercó a su oido y le susurró de forma suave y delicada.- En cuanto a lo otro..no te preocupes.. traje la maleta llena de ellos, y he guardado los mejores para cuando lleguemos.- Sonrió. Ciertamente, le encantaba darle besos, pero prefería la intimidad de la ausencia de ojos ajenos para los más apasionados. Y en cuanto llegaran, pensaba darle uno bien intenso. Le apetecía mucho, pero no era el lugar adecuado. Ya tendría tiempo después para llenarle de ellos, una vez llegaran a casa. Quedaba ya poco por comprar, por lo que no tardarían demasiado en regresar al hogar.

La miró feliz robándole un beso de sus labios. Esos labios que siempre le gustaba besar. - Ya lo suponía Kao-chan, ya imaginaba que te gustaría. - Sonrió dulcemente ruborizándose un poco, los labios de la muchacha en su oído y su cálido aliento golpeando suave y sutilmente en su cuello hacían que todo su cuerpo vibrara, aunque eso no lo supiera ella.

Al finalizar todas las compras, se encaminaron hacia la fila de caja que había. Daniel miró a su alrededor colocando el carro en una caja en concreto. Al llegar hasta la cinta, el muchacho fue sacando la compra, dejando a la chica delante para que fuera cogiendo lo que la cajera fuera dejando y así luego el poder pagar mas tranquilamente.

Vaya, no esperaba verte por aquí Daniel-san - Dijo divertida la cajera, que parecía no haberse percatado de la novia del chico. - Hacia mucho que no venias por aquí y supuse que habías cambiado de super. - Daniel miró primero a la chica y luego a su novia. - Michelle, lamento no haber venido por aqui pero sabes que estuve liado con el trabajo y las clases y ademas te dije que venía una persona importante para mi. - La chica le miró sorprendida. - Y quien es...ella. - Contestó de manera despectiva. Daniel entrecerró los ojos mirandola con rabia. - Ella...se llama Kaoru y es mi prometida, que por cierto esta aquí. - Contestó mientras indicaba a la chica. - Kao-chan, ella es Michelle, fue muy cortes, cuando vine aquí fue la primera persona a la que conocí y con la hablé. - Michelle miró a Kaoru de arriba a abajo y con decepcion solo dijo. - Ah...hola

Kaoru saludó cortésmente haciendo un pequeño gesto con la cabeza, pero la verdad era que no le había gustado nada, el modo en que aquella chica se había dirigido tanto a Daniel cómo a ella.. se había tomado demasiadas confianzas y a ella le había mirado y hablado con un tono que no le había parecido adecuado. Había quedado claro quien era su objeto de interés.

Esa chica estaba tonteando con Daniel...claro, que seguramente en su ausencia, Daniel había tonteado con ella. Era algo que no le gustaba, una costumbre que Daniel tenía y que no se daba cuenta de que lo estaba haciendo. En realidad lo único que el pretendía cuando mostraba esa actitud, era mostrarse amable y simpático con los demás, pero quizá fuera por su atractivo, o por el habitual gesto ceñudo que solía tener para con los demás, que cuando mostraba esa faceta más simpática, solían suceder esas cosas. Kaoru ya se había habituado a ello, y sabía que no era algo que hiciera aposta ni con intención de ligar... simplemente era....era....era Daniel...

Kaoru le pidió de forma cortés aunque escueta, unas cuantas bolsas para ir metiendo la compra. Esperaba que aquella cajera supiera guardar su lugar y sus formas y no hiciera ningún comentario o gesto indebido. Kaoru odiaba enojarse. De hecho no solía hacerlo nunca, pero eso no quería decir, que no tuviera genio, y aquella cajera descarada lo estaba poniendo a prueba. -Amor...- dijo dirigiéndose a Daniel con dulzura.- Cuando puedas, pasa el carrito para ir echando las cosas, mientras de cuando en cuando miraba de reojo a la chica expectante ante cualquier otra reacción, que ella considerara que fuera cómo para intervenir...

Daniel asintió a Kaoru, entregándola el carro para que dejara lo que había puesto en las bolsas dentro del mismo. El chico miraba atento como la cajera iba pasando las cosas por el lector y el ruido del mismo, volviendo la vista a menudo al visor para ver el precio.

La joven miraba de reojo a la muchacha, no entendía el motivo por el que esa chica fuera la novia de Daniel. Negó con la cabeza con la vista puesta en la cinta. Cuando terminó de pasar la compra dijo el precio en voz alta y Daniel sacó la tarjeta para pagar. El silencio era algo incomodo.

Cuando se fueron a marchar la chica habló. - Dani, ¿sigues trabajando en el Legend? Me dijeron que no te veian por ahí hacia tiempo - La mirada de la muchacha era dulce, tal vez porque algo intentaba o tal vez por el echo de que así se sentía al estar con el muchacho. - Sí, sigo trabajando allí aunque por poco tiempo, en el momento que acabe la universidad empezaré a buscar algo de mi especialidad. No quiero pasarme el resto de mi vida como camarero - Respiró tranquilo en ese momento. - Pedí una semana libre para buscar algunas cosas y hacer algunos preparativos. Nos vemos Michelle - Cogió el carro haciendo que Kaoru se girara para irse con el. La voz de la chica volvió a sonar. - Encantada de haberte conocido...Kaoru

Kaoru siguió los movimientos de Daniel, y fué detrás suya mansamente tras despedirse de la cajera con el mismo tono que ella había utilizado. Aquello había sido claramente un reto, y ella lo había aceptado. No sabía que era lo que pretendía aquella chica, pero estaría vigilándola de cerca. Ya no era la muchacha débil e insegura de hace dos años. Ahora tenía muy claro lo que quería y lo que no dejaría que pasara. El resto del camino lo hizo bastante callada, mirando a Daniel de reojo.
No le extrañaba que causara ese revuelo entre las féminas. Había veces incluso, sobre todo al principio, que se había cuestionado que hacía con alguien cómo ella. Mientras se aproximaban para dejar el carro, Kaoru agarró con dulzura la mano de Daniel, permaneciendo callada, aunque con semblante sereno. No hacía falta que hablara para saber lo que estaba pensando. Aquella chica había hecho aquel comentario acerca del bar donde trabajaba Daniel aposta, para darla a entender que había ido a visitarle alguna vez, cómo si en ello hubiera doble intención. Aquella situación le recordó mucho a lo que sucedió cuando lo de Tatsumi.. sus palabras sonaban amables, pero en realidad siempre iban cargadas de veneno.. él fué el culpable de su separación. No consentiría que volviera a suceder lo mismo. Un pequeño escalofrío la recorrió. Si aquella chica buscaba guerra, la tendría...

-Cuando dejemos esto en casa..y lo coloquemos.. que te apetece que hagamos..? quieres que salgamos a dar alguna vuelta por ahí..? o....prefieres que nos quedemos en casa viendo una película y comiendo palomitas?

Spoiler:

El silencio entre ambos era relajante. No hacia falta que ninguno hablara para que el otro supiera lo que estaba pensando y Daniel conocía a la perfección a su novia. El que Michelle hubiera hablado así la dejaría algo liada durante un tiempo y eso era lo que la chica deseaba, si en algún momento ellos discutieran desde luego tendría algo bueno eso.

Daniel asintió al escuchar, solo que no había oído nada de lo que Kaoru decía ya que estaba en sus pensamientos. Tristes y alegres. Un segundo mas tarde y volviendo de las nubes Daniel miró dulcemente a la chica. - Es mejor una tarde en casa tranquilos. Además creo que deberíamos ponernos al día. - Contestó guiñando un ojo y dándola un beso en la frente.

Spoiler:

Kaoru sonrió. El plan le parecía estupendo. A decir verdad, el cielo se estaba comenzando a nublar, y si se ponía a llover, no había nada mejor que ver una película acurrucada en el sofá arropada por una pequeña manta, y utilizando de colchón a Daniel. Además en el fondo tenía razón, no habían pasado una tarde así tranquila los dos juntos y sólos desde hacía... quizá demasiado. Desde su llegada ambos habían estado muy ocupados y luego muy cansados cómo para poder charlar o pasar un rato de ocio tranquilamente los dos juntos. Entre el viaje y la sorpresa que Daniel le había dado, lo cierto era que le apetecía un día sin sobresaltos, y disfrutar de la compañía del otro.
-Bien.. y que peli veremos.. miramos alguna de la tele...o .. alquilamos alguna en algún videoclub?.- miró al cielo con cierta preocupación.- Más vale que lo que sea lo decidamos ya, no nos mojaremos.. aceleremos el paso y pensemos que hacer camino de casa.- Dió un beso dulce en la mejilla a Daniel, y ambos se pusieron en camino de regreso a casa.