Entre café y olas.

Sentado en un Café cerca a la playa, disfrutaba mi capuchino y junto con este mi Lucky Strike Negro "Click & Roll". Desde aquí podía ver, como las olas se movían al vaivén del viento y como los pocos rayos del sol se mezclaba con el mar.

A pesar de que el sol no pegara con tanta fuerza por las nubes en el cielo, no hacia frió; antes bien eran un clima lo bastante fresco para mi, a penas para andar en la arena sin preocupación de quemarse la piel o de los turistas.

No recordaba la primera vez sentirme así, nervioso pero al mismo tiempo relajado, esperando lo que fuera que el destino me diera. Sin preocuparme del tiempo corre, solo escuchando música por los audífonos y mirando el humo de aquel cigarro salir mi boca o por mi nariz. Llevaba ya dos meses con este vicio, luego de que mi madre entrara en una crisis de salud tan grave, y que yo no encontrara una forma de salir de mi estrés constante un primo paterno me regalo un cigarro; aunque a principio lo vi con recelo luego de la insistencia de mi primo y el estado que me encontraba decidí tomarlo, y para mi "mal" eso fue lo único que me relajo o al menos calmo mi ansiedad...Es verdad que es malo fumar pero igual no soy un fumador desquiciado.

Luego de tener mi mirada en el mar, decidí sacar el portátil y quitarme las gafas de mis ojos , dejándola aun lado de la mesa. Aun era temprano para que ella viniera, así que aprovecharía ese tiempo para saber de mis padres y de la compañía. Y por supuesto de la vista y el servicio de este lugar.

Había acabado las clases en la universidad, y tal vez por el hecho de que Isamu trabajaba y yo todavía tenía unas horas me había ido a la playa. Era un día extraño, totalmente raro para mi y sobre todo para mis sentimientos. Sabía que sería un día duro pero...Al menos todo sería normal después de eso...no?

Me encaminé de manera tranquila a la playa, había cogido el bus hasta la carretera cerca de la playa y los pocos metros que me alejaban de ella los hice andando. Pensaba en lo que iba a decir, lo que iba a hacer o como resultaría todo, demasiado tiempo, demasiado para todo esto.

Me quité los zapatos dejando que mis pies estuvieran en la arena y poder sentirla aun cuando todavía era invierno y estaba desde luego fría. Mi pelo se movía por la brisa marina y lo dejaba porque no me lo había recogido ese día.

Miré alrededor buscando algo una señal.

Una, dos, tres colillas del cigarro se encontraba en el cenicero. Me estaba matando estar en este puesto escuchando música y por supuesto la espera. Aunque momentos antes me encontraba "normal", ahora mi paciencia se acababa y mi "angustia existencial" aumentaba.

No tarde mucho en revisar las cosas de la empresa y tampoco en saber de mi padre y la salud de mi madre, al parecer todo seguía normal o al menos eso era lo que los médicos decían; lo único que podíamos hacer era aguardar la evolución y "orar " para que todo mejorara.

Levantando mi mano, gir mi rostro hacia dentro del local para llamar la camarera y que me dieran la cuenta; sabia que era hora de marcharme pues al parecer ella no vendría y en cierto modo eso me relajaba pero en otro modo eso me decepcionaba. ¿Cuantas veces tendría yo que buscarla, pedir cuenta o llamarla?, me encontraba cansado fatigado en luchar contra la corriente, contra la realidad de las cosas, contra una "fantasía"...Una relación es de dos personas y si solo uno hecha abona el terreno, se preocupa por hacer algo, eso, eso no es una relación...es una perdida de tiempo de amor, de vida.

Guardando todo en mi maletín, pague lo que debía ala camarera y salí del lugar para tocar con mis "pies" esa fría arena. Era ahora al menos de disfrutar un poco del mar, así que entrecruce la maleta en mi pecho y coloque mis gafas en el bolsillo izquierdo de mi camisa azul oscura; y si n mas preámbulos tome la parte este de la playa como mi camino.

Camine y camine, mirando la arena, mirando las olas y el tramo de playa que aun me faltaba y se hacia cada vez mas y mas distante. Sonreí de medio lado a darme cuenta de lo largo y lo corto que puede ser un camino de arena, y todo lo que puedes encontrar en ella si prestas atención por el lugar donde andas. No había pasado ya mas de quince minutos desde que deje aquella "cafetería" hasta encontrar otro punto donde "descansar", era un tronco de madera, que se posaba tranquilamente en la arena. Al parecer fue una improvisación de una silla por que a unos cuantos pasos de esta se encontraba una mini-fogata. Y era reciente, al parecer del día de ayer o de dos días. Aprovechando esto, decidí sentarme en aquel tronco y fijar mi vista al azulado mar que mandaba sus ojos con gracias a la orilla y regalaba el sonido de su sinfonía.

No era hora de pensar, pero si tal vez de fumar algo; así pues que saque otro cigarro y con parsimonia lo prendí para dar una calada, y así llenarme un poco mas de tranquilidad y de "calor".